Si el colectivo de los autónomos sigue siendo uno de los más castigados por el sistema de Seguridad Social, los autónomos en pluriactividad, es decir, aquellos que están cotizando en dos regímenes diferentes, son los grandes olvidados por asociaciones y gobiernos de todos los signos.
En la actualidad, este colectivo está formado por unos 200.000 trabajadores, que normalmente trabajan como asalariados y como autónomos. Las últimas reformas llevadas a cabo por el Gobierno no han tenido en cuenta sus especiales características y necesidades, pues si ya es difícil que un autónomo cobre el cese de actividad, no digamos ya un autónomo en pluriactividad. Sin embargo, se les obliga a ello.
Además, el hecho de que la base mínima de cotización sea la misma que la de los trabajadores autónomos no tiene mucho sentido, especialmente si pensamos en la cobertura por contingencias comunes, una circunstancia que ya está cubierta en el Régimen General. Tan solo es posible reducir la base durante los primeros 36 meses de actividad.
No sabemos aún si la futura cotización por ingresos reales tendrá en cuenta las circunstancias particulares de este colectivo. En teoría, deberían tenerse en cuenta únicamente los ingresos obtenidos y declarados por el trabajo por cuenta propia, ya que el resto de ingresos están contemplados en la cotización como asalariado.
Las bonificaciones tampoco son significativas. De hecho, a un trabajador que se dé de alta como autónomo trabajando como asalariado le compensa más la tarifa plana que las bonificaciones previstas para los supuestos de pluriactividad.
Por todo ello, los autónomos en pluriactividad siguen siendo los grandes olvidados de los partidos políticos.