Esta tarde releyendo un periódico local he encontrado una reflexión por parte de un empresario de Novelda (Alicante) que ha llamado mi atención. Una persona que está al frente de una pyme y cuyo mercado es el nacional, parece en principio que tiene algo que aportar. Su forma de expresarse llama la atención puesto que transmite sentimiento, en realidad varios sentimientos: impotencia, rabia y enfado por la cantidad de obstáculos que desde la política imponen a las personas que como él, llevan en el mundo de la empresa familiar décadas.
Desde el punto de vista personal, resulta interesante que un hombre de sus características en lo profesional, sea capaz de transmitir que posee algo más que una empresa. Llega a calificar su trabajo como el de un creador, un artista. Y no puedo estar más de acuerdo. Si no fuera por las pymes objetos como: zapatos, baldosas de mármol, azafrán..., no formarían parte de nuestro día a día, y para ello: trabajadores y gerentes deben permanecer unidos. Sin embargo (se queja)la lacra del paro, les separa cada día más y no termina de encontrar un remedio.
La solución al problema del desempleo no la ve en esta reforma laboral, y lo que más duele a una persona que ha luchado durante años en una empresa que cuenta con setenta de existencia, es comprobar el poco interés por ayudar a que las pymes salgan adelante. Y lo dice una persona que ha vivido en varias décadas todo tipo de sobresaltos, luchas y desesperación pero que con esfuerzo siempre ha salido adelante. Lo cual ahora parece una odisea.
La visión del empresario en esta crisis que no termina de encontrar un final feliz en España, resulta imprescindible, sobre todo si somos conscientes del relevante papel que tienen estas pequeñas empresas en cuanto a generación de empleo en nuestro país, y que ocupan alrededor del 63% del total de los trabajadores. Datos que podemos encontrar en el Retrato de la Pyme. que publica el Ministerio de Industria.
Además del problema del desempleo, este representante del modelo de negocio familiar, habla de la pérdida de valores, valores que eran respetados y que parecen haberse esfumado para dejar paso a conflictos que poco tienen que ver con el empresario o los trabajadores. Las trabas entre el empresario y el empleado no conducen a buenos resultados que repercutan en la economía del país, cualquiera lo sabe pero no hay voluntad de cambiar, se lamenta. Tampoco el sistema financiero que no comprende que las pymes son parte de la solución a esta crisis facilita las cosas
Esgrime que son millones las pymes que necesitan créditos blandos, fluidez del dinero y esto se traduciría de llevarse a cabo, en millones de puestos de trabajo. Hace alusión a que antaño los bancos sí tenían alma (no termino de estar muy de acuerdo con él, un banco es un banco) puesto que si acudías con una idea, con contar con el beneplácito del director podías arrancar un proyecto. Ahora las decisiones se toman tras pasar por diversos filtros, consultas y estudios.
Me quedo con su mensaje final, y es el de que a pesar de todos los impedimentos y comportamientos poco ejemplares de algunos políticos y responsables de cajas, que no han estado a la altura de las circunstancias, tanto él como muchos otros que comenzaron o continuaron la labor de sus abuelos: los pioneros en levantar empresas en momentos complicados pero quizás con menos enemigos contra los que luchar; continuarán al pie del cañón para seguir creando, ojalá que pronto, empleo si les dejan.
En Pymes y Autónomos|El por qué de la importancia de las pymes
Imagen| M. Martín Vicente