Leyendo un estudio sobre los jóvenes y el impacto que el desempleo genera en su salud me llamó la atención que los chicos entre 18 y 25 años en paro desde hace un año, acuden al hospital cuatro veces más que los que trabajan.
Detrás de esta investigación está David Martín Baena, investigador de Epidemiología y Salud Pública en la Fundación Fisabio. Quizás pensemos que el resultado al que ha llegado es una obviedad, pero es necesario poner el foco en la repercusión que tiene el hecho de estar desempleado más allá del económico.
El desempleo es un mal que no entiende de edades ni de sexo, pero hasta ahora se hacía poco hincapié en lo que concierne a la salud. Tendemos a pensar que la juventud es sinónimo de vitalidad y de una gran fortaleza.
La ansiedad y la depresión son las causas más frecuentes por las que un joven acude a un centro hospitalario. Esta vida repleta de convencionalismos ha hecho creer a otra parte de la sociedad que quizás ya esté jubilada o le quede poco tiempo para ello, que existe una cierta "debilidad" de carácter.
Nunca hemos atravesado un período de tanta incertidumbre, donde ni el hogar, ni la posibilidad de formar una familia o ser dueño de tu futuro fuera algo tan endeble. Pensemos en que no todo el mundo está capacitado para emprender o que por su entorno o estado anímico, el hecho de no encontrar trabajo le pueda afectar de una manera seria.
Poco ayudan los estímulos que nos llegan a través de los medios de comunicación. Jóvenes y hombres y mujeres en edad de trabajar son el futuro de nuestro país. No todas las personas son capaces de calzarse unas zapatillas y salir a andar y correr para llevar mejor su situación.
En mi opinión, jóvenes y no tan jóvenes, sumergidos en un período largo de inactividad laboral, no deben ser juzgados a la ligera, ni están todo el día de fiesta, ni se olvidan de sus problemas fácilmente.
El impacto del desempleo en la salud mental no es una cuestión para tomar a broma. Si la mejora económica es cierta, la mejor medicina para muchos será sentirse útil y tener a fin de mes unos ingresos que les permitan llevar una existencia digna, ¿acaso no es lo que buscamos y a lo que tenemos derecho todos?
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