Hace algún tiempo publicamos la entrada Bootstrapping: Empieza "sin ayuda de nadie". Este titular encierra una verdad a medias, porque es un modo de iniciar un negocio antes de recibir apoyos adicionales, lo que no quiere decir que se empiece sólo.
Evidentemente, por sí solo no es, ya que consiste en lograr las primeras ventas incluso antes de lanzar el producto y, en algunos casos, la propia compañía al mercado. En la fase del ciclo en el que estamos el concepto suena realmente bien, ¿no?.
Sonar, creo que suena de maravilla, eso sí, hay un incoveniente manifiesto. La mayoría de business angels desconocen el mercado y la tecnología del proyecto en el que van a invertir. Por mucho que se diga y se lea lo contrario, los business angels, en la mayoría de los casos, son legos en la tecnología en la que invierten.
Por tanto, a la desconfianza que produce lo desconocido se une un factor tan relevante como conocer la capacidad para llevar al mercado esa tecnología, es decir, el "go to market" por parte del equipo promotor, hace que las rondas de inversión se queden en sueños fatuos.
No se puede obviar que la figura del emprendedor es alguien con una idea, buena o mala, que en casi el 100% de los casos carece de los contactos o "conectores" necesarios que le ayuden a llegar al mercado.
Por eso, si un inversor ve que alguien ha adquirido lo que un emprendedor está desarrollando, aún en fase de prototipo, está demostrando lo que el resto no puede, su capacidad para llegar al mercado y eso es lo positivo del bootstrapping. Si esto no se tiene, hay que trabajarse un buen plan de marketing.
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