Lo primero que cualquier persona que quiera montar un negocio tiene que tener claro es que éste debe dar mucho a los demás para poder dercibir algo de ellos. No se puede esperar que una persona con una idea en la cabeza y con el simple ejercicio de tener la intención de ponerla en práctica vaya a obtener capital, subvenciones o un motón de pedidos de clientes que crean que ese producto o servicio es maravilloso y que todo el mundo lo va a querer.
Es muy típico el caso de la persona que viene a solicitar información para crear una empresa y que lo primero que pregunta es cómo conseguir dinero y qué subvenciones hay. Señores y señoras emprendedoras, esto no funciona así, a nadie le regalan las empresas, ningún gobierno os va a montar el negocio para que vosotros lo exploteis (ni tiene obligación de hacerlo), los bancos no regalan los créditos sin garantías (antes a lo mejor, ahora no) y los inversores no compran castillos en el aire.
También se acabaronn los tiempos en que los comerciales con labia se comían el mercado. Un profesional de la venta antes era capaz tanto de vender vigas de acero, como melones o arena del desierto. Ahora todo eso es mucho más difícil, casi nadie tiene tiempo de atender a comerciales que le van a ofrecer nuevos productos, además hay mucha competencia y los consumidores no se dejan convencer tan fácilmente quieren ver, comparar y decidir con calma.
La auténtica estrategia para sobrevivir es aportar valor, dar mucho antes de empezar a recibir. Ofrecer buenos productos, servicios de calidad y crearse una buena reputación y todo eso antes de recibir nada. Hay que trabajar mucho sobre los que ofrecemos, lo que aportamos a los demás (clientes, proveedores, entidades de crédito o inversores). Demostrar que merece la pena confiar en nosotros.
Las subvenciones no están para que las administraciones mantengan negocios que sus promotores son incapaces de mantener y en el caso de lograrlas hay que cumplir una serie de requisitos y mantenerlos en el tiempo porque si no hay que devolver el dinero recibido.
El emprendedor ha de dar nueve pasos antes de que le ayuden a dar el décimo, nueve más antes de recibir un impulso para dar el vigesimo, y así sucesivamente. El primero, el segundo, el tercero y el cuarto que debe poner de su parte para obtener beneficios es uno mismo, después puede venir un quinto que eche una mano, pero eso hay que ganárselo.
Para recoger el boomerang primero debemos lanzarlo y cuanta más fuerza pongamos en el lanzamiento con mayor fuerza retornará.
En Pymes y Autónomos | Reflexiones tras el Startup Weekend, ¿subvencionar o incentivar? Imagen | MousyBoyWithGlasses