Muchas veces se ha comentado que un emprendedor tiene que fracasar para ir aprendiendo y lanzar un proyecto de éxito. No tiene por qué ser así necesariamente. En otras ocasiones lo que se necesita es desaprender de sus éxitos pasados para no cometer errores en los nuevos proyectos que lanza.
Porque es cierto que la experiencia nos da un bagaje que nos evita cometer errores del pasado en un nuevo proyecto. Pero a la vez no se puede pensar que si se repite la fórmula el resultado va a ser el mismo. Seguramente las circunstancias han cambiado. A medida que pasa el tiempo todo evoluciona y lo ha hecho también la competencia, el mercado, etc.
Un ejemplo puede ser un negocio familiar. Donde el hijo pretende repetir el éxito de su padre manteniendo la misma fórmula. Pero nada es igual. No tienen la misma competencia, seguramente su base de clientes hayan cambiado o ya no demandan los mismos productos y servicios y claro, los resultados no son los mismos.
Por eso la empresa tienen que desaprender de sus éxitos. No hay que mantener este si funciona no lo toques y debe adaptarse a las nuevas circunstancias. No significa tirar por tierra todo lo que se ha hecho hasta ahora, sino saber desgranar y analizar qué funciona, qué es necesario actualizar o directamente descartar.
A veces es necesario recurrir a un asesor externo. Estamos tan convencidos del éxito de nuestro negocio que simplemente nos negamos a admitir que algo no está funcionando. Nos ponemos las orejeras para negarnos a admitir que algo que ha sido la base del éxito de un negocio anterior no nos sirva ahora.
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