Negocio y pareja, una combinación explosiva

Negocio y pareja, una combinación explosiva
3 comentarios
HOY SE HABLA DE

¿Te imaginas pasar las 24 horas del día junto a la persona que más quieres? Compartir los problemas cotidianos y domésticos unidos a los profesionales.

Durante estos años donde emprender se ha convertido en una salida frente al paro, abrir un negocio junto a un familiar, en este caso, nuestra pareja, ha sido una opción.¿Pero puede esta combinación ser explosiva o positiva?

Generalizar no es original

Si dos personas mantienen una relación sana, es decir, la comunicación fluye y ambos tienen claro su papel en el contexto profesional, no se debe caer en el tópico de que todo será un pequeño desastre por un exceso de confianza.

Opiniones realistas y sinceras

Quién mejor que la persona que comparte tu vida, para expresar una opinión sincera sobre una idea. Siempre y cuando los límites estén claros. Hay formas y maneras de decir las cosas sin ofender al otro. Ya se sabe que la confianza... Por este motivo, los roles de cada uno han de quedar claros. Ante todo, mucho respeto.

Tú por la mañana. Yo por la tarde.

Una estrategia basada en la lógica, nos llevaría a intentar no coincidir con nuestra pareja en el trabajo. Se pueden establecer horarios para que cada uno desempeñe su función sin que el hecho de verse a cada instante repercuta en la relación laboral.

Visión conjunta de negocio

Si hay algo primordial para que este dueto funcione, es que ambos aporten conocimientos, sientan pasión por esta aventura empresarial y la profesionalidad se imponga por encima de todo. Si hemos de escoger a buenos profesionales (creativos, con una visión innovadora) no importa si éstos son cercanos, el amor y los negocios son posibles.

Conclusión

Una pareja bien avenida suele asemejarse a un equipo. Donde ambos aportan al otro conocimiento, apoyo, motivación, cariño y lo más importante: respeto por los logros del otro. Esta combinación de factores se puede trasladar a una nueva aventura, en este caso, profesional.

En Pymes y Autónomos|¿Es un 'error' tener pareja en el trabajo?

Imagen|Oleg Zaytsev

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Comentarios cerrados
    • Hola Arias :)

      Siento que tu experiencia fuera negativa. En todo caso, cuando se llega a una cierta confianza con un socio, incluso sin ser nuestra pareja, se pueden dar casos como el tuyo. Una discusión en el terreno personal puede afectar a lo profesional.

      Lo ideal es pensar que somos capaces de mantener a raya nuestras emociones y no dejarnos llevar por ideas impulsivas que al final afectarán negativamente a todos.

      Los expertos en estos modelos de negocio familiar insisten en algo cargado de lógica: no se puede generalizar :)

      Pero si tuviste una mala experiencia, haces bien en huir cual dibujo animado y apostar por la prudencia.

      ¡Un saludo!

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    • Avatar de joanasanchez Respondiendo a Joana Sanchez

      Hola Joana:

      A ver, la cosa terminó mal. Pero he de decir, que en los momentos que iba bien, porque en diez años, hubo momentos de verdadero éxito, era muy gratificante. Esa sensación del deber cumplido y de las cosas bien hechas, y que todo, lo bueno y lo malo sólo dependía de nosotros, de nuestro saber y de nuestro esfuerzo, no lo he vuelto a tener trabajando por cuenta ajena.
      Evidentemente, nuestro fracaso se debió a una situación personal, por lo tanto no generalizo, es más, lo recomiendo (¡toda la pasta se quedaba en casa!).

    • Pues yo tengo esa experiencia y no puedo decir más que:
      ¡Donde tengas la olla, no metas la ...!
      Fatal, amiguitos. Todo empezó como un proyecto ilusionante, que llevaríamos en un porcentaje como de 75/25 siendo yo el 75. Pero por misteriosas razones, ese porcentaje iba subiendo hacia mi lado. Lo que empezó siendo un proyecto de dos, pasó a ser el trabajo de uno que le pedía ayuda a otro. Hasta que casi quedó en el trabajo de uno. No puedo decir si la vida personal influyó en la laboral o viceversa, habría que hacer un análisis desapasionado del asunto, y si estás hablando de un matrimonio, no puedes hablar desapasionadamente. Total, que diez años más tarde explotó el matrimonio y la onda expansiva se llevó el trabajo de uno. Una década de proyecto ilusionante, que se convirtió en negocio de éxito y que empezó una curva descendente que por suerte terminó en una explosión mucho antes de llegar al suelo.
      A día de hoy, cuando mi actual pareja habla de poner un negocio de esto o aquello, yo salgo huyendo y rompo las paredes como en los dibujos animados, dejando mi perfil en ella.

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