Como si ya no fuera duro salir adelante cada mes, muchas pymes de la vieja escuela ven cómo casi se les obliga a que estén presentes en redes sociales, en definitiva, que presten un poco de atención a las no ya tan nuevas tecnologías.
Es fácil aconsejar y más complicado: sacar tiempo o permitirse contratar a una empresa externa que se encargue de este menester, pero si de veras hay un interés, es probable que para empezar, con cuidar la red social en la que encaja tu negocio, sea suficiente.
Muchas de las empresas comienzan con Facebook, que es la red social más intergeneracional. Se centra en el ocio y el tiempo libre, y la mayoría de usuarios la utiliza para hablar de temas personales y para mostrar sus gustos, por lo que permite usar un tono más amable y distendido.
Esta red es una de las más usadas en España y además es una buena plataforma para hacer anuncios promocionados, con los que poder llegar a muchos usuarios.
Permite compartir enlaces, subir textos largos, compartir álbumes de fotos (algo fundamental si queremos mostrar nuestros productos) vídeos, emitir en directo, etc.
Instagram es la red social preferida por el público más joven. Sin embargo, hay que tener en cuenta que basa su filosofía en compartir imágenes cuidadas, por lo que es necesario disponer de este tipo de contenido.
El problema que una vez más cometen algunas pequeñas empresas, es el de duplicar el contenido. Si un cliente les sigue en Facebook y ve sus anuncios (poco elaborados) y se encuentra lo mismo en Instagram, llegará a cansarle la misma información.
En mi opinión el público es joven pero también hay mucho aficionado a la fotografía (de cualquier edad) que gusta de ver imágenes cuidadas, a la vez, Instagram es un escaparate ideal para todos aquellos negocios relacionados con la estética.
Un poco de tiempo: mejor apostar por la calidad que por la cantidad y ofrecer al cliente/usuario, imágenes de un peinado excelente, con buena luz y si puede ser, con una línea similar en todas las publicaciones.
Imagen de William Iven en Pixabay