¿Se practica la meritocracia?

¿Se practica la meritocracia?
5 comentarios
HOY SE HABLA DE

Cada vez existe una sensación generalizada que vivimos en una sociedad dominada por los lobbies y el nepotismo y no sólo en la esfera pública o de la Administración. Es un germen que cada vez se está contagiando en el sector privado con una intensidad manifiesta en los últimos años.

Cada vez se hace más necesario recuperar el compromiso con la “meritocracia” en las empresas y empezar a prescindir de los compromisos personales que al final no resultan en absoluto beneficiosos. Con esto no quiero dar a entender que se tenga que dejar de contemplar una opción porque resulte ser un amigo o un hijo de un conocido, lo que se debe de hacer es actuar con objetividad.

Esto no es algo que solo ocurra cuando se contrata a alguien. En la actividad de una organización es imprescindible realizar una evaluación continua de todos los componentes de la misma, evaluar sus méritos, con independencia de la jerarquía. Se suele caer en la tentación de recompensar a todos aquellos que basan su relación en los panegíricos o que consideramos como buenos empleados porque no producen ninguna distorsión en el equilibrio de la organización porque asumen con total docilidad lo que se les propone.

Hay que ser exigentes con todos quienes componen la organización y recelar de todos aquellos que asienten y no discrepan de nada de lo que se les propone y menos aún recompensarlo y reconocerlo como un mérito. Esta actitud manifiesta poca implicación y compromiso con la empresa. Es infinitamente mejor que alguien discrepe y haga propuestas, porque como mínimo muestra implicación, que aquel que asume todo lo que se le propone sin más.

Imagen | samantha celera
En Pymes y Autónomos | La relatividad del tiempo, El salario productivo

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Comentarios cerrados
    • interesante

      Hola Chowdon. Lo siento, pero no estoy nada de acuerdo contigo. No digo que lo que describes no exista, pero sí que cada vez es menos frecuente.

      Para mi, un buen empleado es aquél que se implica en lo que hace, y que a veces se le ocurren ideas interesantes, pq es el que está más cerca del cliente. A veces acierta y a veces no, pero cuando no acierta es pq no dispone de toda la información o no valora las implicaciones y consecuencias de su propuesta. Y cuando aciertan, suelen ser ideas brillantes, que mejoran y facilitan el trabajo a todo el mundo.

      Respecto a los calienta-sillas, para mi no tienen ningún valor. Cuando tengo que contratar o promocionar a alguien tengo en cuenta que haga su trabajo, y que solucione problemas. Me da igual si llega tarde o se marcha antes. La capacidad resolutiva no la tiene cualquiera, el poder sentarse en una silla hasta que te salgan telarañas sí. A mi persona de más confianza le dejé sacarse el carnet de conducir en horas de trabajo, pq lo hacía tan bien que su horario me daba igual.

      No sé... yo no lo percibo tan catastrófico como tú.

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    • Avatar de bajavoluntaria Respondiendo a bajavoluntaria

      Curioso y paradójico que no estés de acuerdo conmigo en nada... porque yo lo estoy contigo en todo.

      Es mas o menos frecuente en según que zona de España, especialmente del grado de implantación de empresas multinacionales que tenga esta.

      Punto positivo por el comentario y por haber dejado al trabajador sacarse el carnet de conducier en horas de trabajo; es decir, "por comprar resultados, no servicios".

      ;-)

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    • Avatar de chowdon Respondiendo a Chowdon

      ¡Vaya! Al final resulta que sí estamos de acuerdo. :-) Es cierto que no sé lo que ocurre fuera de Barcelona y Madrid, pero el que prueba un estilo de dirección no autoritario, que da independencia a sus equipos, y que deja que vuelen solos, nunca quiere volver a hacerlo de otra forma. ¡Gracias por el puntito! :-)

    • La meritocracia no existe en España.

      Y, por supuesto, en este país es un buen empleado aquel que “hace y calla”. De ahí la típica frase tan escuchada en cualquier empresa de “Te pago para hacer esto…”. Esto no es solo que cause poca implicación con la empresa (en el mejor de los casos) sino odio hacia la propia organización e incluso autosaboteo.

      Un buen empleado en este país es aquel que mas hora está en el trabajo (que no trabajando), aquel que es un simple robot a las ordenes de un responsable omnipotente y con amplios conocimientos de campos que no ha estudiado jamás (creen adquirirlos por “ciencia infusa” o por que simplemente son mucho mas inteligentes que el resto). No se premian los resultados sino el tiempo que se está dentro del centro de trabajo o el dedicado a aparentar trabajar. Salir fuera y ver lo que opinan de nosotros en el exterior es bastante vergonzoso…

      En cuanto a los ejecutivos, especialmente en PYMES o pequeñas “grandes empresas”, suelen ser gente con deficiente o escasa formación (aunque no todos) y en buena parte dedicada más esconder sus errores en dirección descendente en línea de mando que a aportar verdadero valor a la organización.

      Y como digo siempre, no nos engañemos. Tenemos exactamente lo que nos merecemos. Hemos jugado a un juego que estábamos destinados a perder.

    • Desgraciadamente España, como país latino, tiene una larga tradicción de nepotismo y enchufismo. Precisamente he escrito un post en www.desmanagement.wordpress.com sobre las reflexiones de Tácito, historiador romano, sobre las diferencias entre romanos y germanos a la hora de elegir sus líderes y jefes. Sorprende la vigencia del comentario. Espero que os guste.

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