Cuando queremos empezar un nuevo negocio, bien sea con un nuevo proyecto empresarial o bien integrándolo en el que ya tenemos, debemos hacer una buena planificación y estudiar nuestro nuevo modelo de negocio. Hay una serie de puntos que configurarían el modelo de negocio ideal y al que el nuestro debería parecerse lo más posible.
Por supuesto reunir todas estas condiciones es prácticamente imposible, por eso no debemos obsesionarnos con cumplirlas todas, pero sí debemos intentar que se parezca a él lo más posible.
El primer punto que debería cumplir es que esté deslocalizado y no dirigido exclusivamente al mercado interno. El descenso del consumo, derivado de la crisis, nos obliga a buscar mercados grandes y a planificar nuestro modelo con visión internacional, eso nos permitirá no depender de la economía nacional y aprovechar que en otros paises no se da esa caida del consumo.
Ha de tener una buena definición del mercado objetivo. Aquí los gustos difieren, hay personas que prefieren los modelos de consumo masivo, dirigidos a un mercado amplio que facilite una gran demanda, como por ejemplo los modelos basados en micropagos. Otros prefieren un modelo basado en productos de gama alta, con un mayor margen comercial y de menor consumo, pero que garantizan una rentabilidad mayor con menos clientes.
Relacionado con lo anterior, el modelo ideal ha de ir orientado a cubrir las necesidades de ese mercado objetivo. Cuando ya hay una demanda, real o latente, de lo que nosotros vamos a ofrecer podremos tener una penetración mucho más rápida. Para ello hay que analizar qué es lo que nuestro mercado busca y porponer las solución idónea a esas necesidades.
Otro factor importante es que sea escalable, que la capacidad de crecimiento del negocio sea muy superior a la inversión en recursos que se necesite para soportar ese crecimiento. No sólo se trata de que el negocio se pueda ampliar sino de evitar que esa ampliación suponga unos costes añadidos que puedan limitar los beneficios de ese crecimiento.
Por supuesto ha de tener una buena estructura financiera. Optar por un modelo low cost que cumpla con el resto de especificaciones puede ser ideal, pero en el caso de que sea necesaria una mayor capitalización debemos tener bien estructurada nuestra previsión de gastos, cuánto, en qué y por porqué vamos a gastar en cada partida y como vamos a amortizar esos gastos, y la manera en que se van a generar beneficios, sin olvidarse de algo muy importante com es la estión de tesorería.
El modelo ideal también debe ser innovador. Conquistar el mercado en base a ofrecer algo nuevo suele ser clave. Ser rupturista pero teniendo en cuenta que la innovación no sólo está en los productos, puede estar en los procesos, en el sistema de uso, en la manera de ofrecerlo, etc.
Lo dicho, es complicado cumplirlos todos, pero cuanto más nos acerquemos a este ideal, más posibilidades tendremos de alcanzar el éxito.
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