Llueve en el norte de de España. Desde hace más de un mes toda la cornisa cantábrica esta empapada de agua y frío. Y, sin embargo, esta semana, y especialmente en un rincón de la misma, en el País Vasco, las temperaturas se han hundido más allá de lo que marca el termómetro. La borrasca se situó sobre Azpeitia, donde alguien tomo la decisión de matar a un empresario por ser lo que era, por hacer lo que hacen los empresarios. Como dice Josempelaez, es inconcebible. ¿Qué tipo de educación puede haber recibido el que apretó el gatillo?
No encuentro las palabras para continuar con este post. Querría referirme, en un día como hoy, al papel que la Constitución otorga a los empresarios. Lo siento, pero no puedo. Quizás la semana que viene tengo ánimos para ello. En todo caso sirva este post como homenaje a todos los empresarios que trabajan bajo la lacra del terrorismo, a los que el Estado llena de buenas palabras y nula protección, mientras a posteriori se ceba frente a aquellos que intentan proteger sus bienes y a sus familias. El mejor homenaje que se le puede hacer a Inaxio es que el TAV circule por las tres provincias. Y sin embargo, dados los antecedentes de Lemoniz o de Leizaran no soy optimista.
Agur Inaxio.
Imagen|Chesi