El Ministerio de Trabajo dice que la CEOE no representa a los autónomos, por eso por primera vez, el Ministerio va a retirar las subvenciones que daba a la patronal para los planes de formación en el colectivo autónomo. La CEOE, a través de las siglas de CEAT, recibió el pasado ejercicio casi un millón doscientos mil euros, más otros 56.000 euros para cubrir gastos de funcionamiento, por este concepto.
El Departamento que dirige Celestino Corbacho quiere poner orden entre la casi docena de organizaciones que reclaman la representación de los pequeños negocios. Por eso ha endurecido los criterios de acceso a esos fondos de formación, que alcanzan los 12,9 millones este año. Entre los requisitos, además de la presencia permanente en al menos catorce comunidades, se solicita el “número de trabajadores autónomos afiliados [...] aportando certificado acreditativo”, este requisito no lo cumple la CEAT.
La citada CEAT se creó para acercar la gran patronal a los tres millones de pequeños negocios que hay en España, y que suponen más del 80% del tejido empresarial. Pasados seis años de funcionamiento no ha alcanzado sus objetivos y hoy carece de avales para tener la suficiente representatividad, según admiten las fuentes empresariales.
El plazo máximo para presentar los avales acacó el pasado 1 de marzo y la CEOE no ha sido capaz de cumplir con todos los requerimientos. Sí lo hicieron ATA y UPTA (UGT), que ahora mismo son las dos grandes organizaciones que pueden liderar la batalla por los autónomos. ATA, la federación que preside Lorenzo Amor, ha certificado 380.000 socios directos, mientras que la institución dependiente del sindicato UGT, liderada por Sebastián Reyna, presentó 176.000.
Independientemente de que esta es más una disputa politico-económica, no cabe duda que, ni por sus planteamientos ni por sus actuaciones, la gran patronal no ha hecho gran cosa por los trabajadores autónomos, ni casi si me apuran por las pymes. Hasta el momento, la organización que, todavía, dirige Diaz Ferranz ha buscado más el beneficio de las grandes corporaciones sin preocuparse excesivamante por los más pequeños.
Lo más triste de todo esto es que, precisamente, el colectivo más desfavorecido es el que menos representatividad y fuerza reivindicativa tiene ahora mismo. No hay una organización que pueda tener esa representatividad para poder defender sus derechos y eso, en este momento, cuando parece que se están jugando las bazas decisivas para sentar las bases del nuevo sistema económico de nuestro país (o por lo menos así debería ser) puede dejar “fuera de juego” a un colectivo que, como arriba indicamos, supone el 80% del tejido empresarial.
Días atrás nos hacíamos eco de una reunión en Pontevedra para intentar crear una Federación Nacional de Asociaciaciones de Autónomos para, por fin, buscar una figura pueda haer oir a todo el colectivo. No ha habido noticias sobre el resultado de tal encuentro, de lo que se deduce que no hay nada que contar.
ATA parece ser, ahora mismo, la organización con más fuerza dentro del colectivo, pero no alcanza ni el 20% de representatividad sobre el total del colectivo. Difícilmente con ese porcentaje se puede tener la fuerza suficiente para alzarse como interlocutor válido.
Sería triste, y en mi opinión con pocas posibilidades de éxito, que tuviera que venir el Ministro a poner orden y a “obligar” a esa reorganización. Aunque más triste sería, si cabe, que, al final, ni siquiera se lograra una organización que pudiera representar a esos más de 3 millones de trabajadores autónomos de nuestro pais.
Vía | Expansión
En Pymes y Autónomos | 2.764 autónomos más en el mes de abril
Imagen | Sergio Fajardo