El miedo, si miedo a perder el trabajo por parte de los trabajadores hacen que nos tomemos el café más rápido, que se falte menos de manera injustificada o justificada a nuestro puesto o que presentemos una pulcritud inglesa con el horario de entrada a nuestros trabajos.
Cuando hablamos de absentismo laboral, tenemos que tener una diferencia en mente siempre muy presente:
- Absentismo obligatorio, provocado por causas de fuerza mayor, obligaciones personales inaplazables, accidente o enfermedad y
- Absentismo voluntario, como llegar tarde unos minutitos todos los días, alargar más de lo políticamente correcto nuestros descansitos entre hora y hora o simplemente escaquearse de nuestro trabajo.
Y no estoy de acuerdo en absoluto con esta tesis que marca El Economista en este artículo. Siempre hay un factor de picaresca en todo el mundo, pero extrapolar que el trabajador toma más conciencia de su puesto de trabajo a partir de las situaciones de crisis es cuanto menos, tirar el prestigio completo del propio trabajador por los suelos.
El absentismo voluntario lo relaciono más con una situación anímica, física o psíquica, que nos afecta a todos, todos los días. Pensemos un poco, no todos los días producimos lo mismo ni todos los días llegamos al trabajo con las mismas ganas de comernos el mundo, haya crisis, no haya, sea invierno o sea verano.
Quién es responsable con su trabajo, lo es siempre y quién no lo es no lo es nunca. No me creo que si un trabajador se tome todos los días diez o quince minutos para tomarse un café y realice algunas pausas para fumarse un cigarrillo, ahora con la crisis se tome el café ebn cinco minutos y fume menos que fumaba hace un año.
En Pymes y Autónomos | Absentismo: Propuestas interesantes
Vía | Gestion Pyme
Más Información | El Economista
Imagen | Fluzo en Flickr