La mejor forma de evaluar un negocio es permitir a los clientes que fijen el precio de los artículos que adquieren. Esta iniciativa ha sido puesta en práctica por un restaurante valenciano, con motivo de relanzar las ventas de su establecimiento que se encontraban resentidas por las circunstancias actuales.
La crisis no conoce fronteras, al igual que las borrascas y se ceba en los sectores que más propicios son para recortar el consumo como puede ser la hostelería. El sistema es simple, el restaurante ofrece un menú compuesto de dos platos, bebida y postre y el cliente paga lo que considere, quiera o pueda.
Arriesgada medida en el país del Lazarillo de Tormes, del gran maestro Don Lope y donde inventamos la picaresca por excelencia, aunque según comenta el gerente, y a mí la verdad me parece increible, la media de cobro de los menús que sirve con este sistema ronda los 12 euros.
¿Tenemos mayor conciencia social del gasto que realizamos y el coste de lo que consumimos? Es decir, ¿podríamos extrapolar este sistema a otros sectores? Pues sí, y ya se ha hecho en un campo tan espinoso como es la música. Lo hizo el año pasado Radiohead con su disco In Rainbows. Y según la discográfica, el experimento funcionó bastante bien.
No obstante, realizar esta liberalización de precios “ad libitum”, tiene unos riesgos que tenemos que estar dispuestos a asumir, pero si han caido peligrosamente nuestras ventas, por probar estas innovaciones, no creo que el remedio en sí agrave en exceso la enfermedad.
Vía | Antena 3