Los últimos movimientos del gobierno socialista han llegado con más de una sorpresa. El nombramiento de Valeriano Gómez como Ministro de Trabajo e Imigración parece un movimiento extraño pues estamos hablando de un socialista que se manifestó en contra de la reforma del mercado de trabajo hace menos de un mes y ahora coge la cartera del ministerio encargado de dichas negociaciones.
Estamos hablando de un gran profesional con muchos conocimientos respecto al mercado laboral español pero no deja de resultar una situación curiosa que ya comienzan a utilizar los sindicatos presionando al gobierno para cambiar el rumbo de la reforma laboral aprobada. Se deja a Valeriano en una delicada situación y se hace un gesto a los sindicatos. Deberá discutir la negociación colectiva y la reforma de las pensiones, cuestiones de gran calado. ¿Sabemos quién es Valeriano Gómez?
Andaluz de nacimiento, ha pasado 17 de sus 53 años como afiliado a UGT. Desde 2004 a 2006 fue secretario general de empleo, con Jesús Caldera como Ministro de Trabajo, pero abandonó argumentando motivos personales fundamentados en el cansancio por las negociaciones y puesta en marcha de la reforma laboral de aquellos años.
Está especializado en Economía del Trabajo en la Universidad Complutense de Madrid y fue Asesor Ejecutivo en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social desde 1988 hasta 1994. Se le encomendó resolver el problema de la PSV que afectó a 20.000 familias (una cooperativa de viviendas que fracasó afectando al prestigio socialista, de la UGT y de Nicolás Redondo en particular) y tuvo que actuar como apaga fuegos en dicha ocasión: quizás ahora también.
Colaboró activamente en la creación del programa electoral socialista para la campaña de 2004 y actualmente es presidente de la Comisión Financiera de la Fundación Ortega y Gasset. Recientemente había salido en los medios por su postura contraria al gobierno que le llevó incluso a acudir a la manifestación del 29S contraria a los intereses defendidos por el grupo socialista.
Su nombramiento me parece un movimiento algo desconcertante destinado a relajar las tensiones con los sindicatos y a suavizar el discurso político del gobierno, aumentando el debate interno. No dudo de la profesionalidad de Valeriano Gomez, de hecho creo que tiene un buen perfil para el puesto, aunque se le ha situado en una delicada posición desde la que deberá defender política antisociales como la reforma de las pensiones moviéndose entre las dos organizaciones que han marcado su vida, el grupo socialista y los sindicatos.
CCOO ya comienza a pensar que este nombramiento ayudará a cambiar la reforma laboral pero si esto fuera así ¿no daría el gobierno una imagen de debilidad? ¿otra más?
Tendremos que esperar a ver cómo avanzan los acontecimientos y como afecta este nombramiento al mercado laboral, si es que tiene algún impacto. De momento el nuevo ministro parece optimista pero de entrada solo una cosa me parece clara: la negociación de la reforma del mercado laboral fue un fracaso de tal magnitud que este hecho bloqueaba las negociaciones pendientes y ya superado el mayor escollo se ha querido contar con la persona más cercana a los sindicatos. Se pretende apagar un incendio con un gesto de izquierdas aunque está por ver si Valeriano es capaz de defender posturas contrarias a su principios o si estas posturas también cambiarán por parte del Gobierno.
Por tanto la pregunta será si con un ministro crítico como lo fue Pedro Solbes en su última etapa vamos a lograr realmente algo o si va a ser una pieza más a manos de Zapatero que terminará por fundirse. Se suavizará el discurso pero ¿se suavizarán las políticas? ¿se moderarán? ¿será realmente bueno para el debate o se alejará de los empresarios? Zapatero quiere darle la vuelta a las encuestas y de momento ha movido pieza aunque aún tenemos que ver lo que pasa. Mi papeleta sigue en blanco.
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