Vender por debajo del precio de coste no es ilegal, y así lo ha avalado el TJUE

Vender por debajo del precio de coste no es ilegal, y así lo ha avalado el TJUE
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Una de las estrategias empresariales que más controversia genera entre las empresas de un sector es que una de ellas o varias vendan por debajo del precio de coste, el conocido como dumping, lo cual en muchas ocasiones provoca una guerra de precios encarnizada entre ellas. Sin embargo, normalmente esto es propio de empresas grandes y consolidadas, que pueden asumir estas pérdidas durante períodos prolongados de tiempo para acabar con la competencia del sector.

Hasta ahora, el dumping era ilegal en España, según el artículo 17 de la Ley 3/1991 de Competencia Desleal. Sin embargo, una reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, ha admitido la posibilidad de que las empresas puedan vender a pérdida y que, por tanto, el dumping no se pueda considerar como ilegal en ninguno de los países miembros de la Unión Europea.

En este caso, prevalece la libertad de los negocios para establecer sus estrategias de precios, oponiéndose a la ley española, "en la medida en que ésta prohíbe con carácter general la venta con pérdidas y establece excepciones a dicha prohibición basadas en criterios no contemplados en la directiva".

De este modo, el TJUE pretende establecer un marco legal común en lo relativo a las prácticas comerciales para todos los países de la Unión Europea y se opone a las legislaciones nacionales, que suelen primar la prohibición sobre las ventas a pérdidas. Esta sentencia obliga a los países a modificar su normativa comercial que impide en la actualidad vender al público un producto o comercializar un servicio a un precio menor al cual fue adquirido o producido.

De hecho, esta sentencia fue motivada por una consulta del Juzgado Contencioso-Administrativo nº 4 de Murcia, que dirimía un recurso de la empresa mayorista Europamur Alimentación contra una multa impuesta por el Gobierno de Murcia al entender que dicha firma había incurrido en venta a pérdida.

Sea como fuere, las pymes han visto esta sentencia con alarma y preocupación, especialmente en algunos sectores que trabajan con márgenes muy estrechos, como el agrario.

En Pymes y Autónomos | Dumpìng e importaciones: sorpresas desagradables

Imagen | Alexas_Fotos

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Comentarios cerrados
    • Yo tuve hace años una tienda de informática. Cuando empecé era un negocio interesante y se ganaba un dinero muy correcto, pero el mercado fue cambiando y hubo cosas que desanimaban al más recio de los "emprendedores".
      Una de estas cosas fue "el precio de las impresoras". Cuando yo empecé, una impresora de las que más se vendía, tenía un precio al que le podías sacar un beneficio de entre un diez o un quince por ciento. Pero pasando el tiempo, las marcas, y sobre todo HP empezó a publicitar sus productos junto con el precio. Así que el cliente iba buscando ese producto a ese precio. Llamabas al mayorista, le pedías esa impresora, y te la vendía a, más o menos, el mismo precio a que se publicitaba. Te ciscabas en todo, y te decían que a ellos la marca les hacía lo mismo. Así que si una impresora ponía en la prensa que costaba 35.000 pesetas (si, yo de aquellas trabajaba en pesetas), a tí te costaba 35.000 menos los impuestos y los portes. Con lo que la vendías al límite de la pérdida. O sea, que lo que hacías era mover dinero. De un día para otro el negocio de las impresoras de gran consumo desapareció. Además, las grandes superficies, podían bajar un poquito el precio al comprar grandes cantidades y optimizar los portes, con lo que te venían a comprar a tí el ordenador y la impresora, se la iban a comprar al Carrefour, que era mil pelas más barata. Luego daba mucho gustito, cuando te llamaban porque no sabían hacer funcionar la impresora, te desplazabas a su casa, les cobraba la salida y una hora de mano de obra y te pagaban con la cabeza gacha.
      Por cierto, a la larga, este desagradable gesto de los fabricantes, le pude dar la vuelta, porque empecé a cobrar cosas que antes no hacía. Si un cliente te venía con la impresora atascada, se la desatascabas y con una sonrisa se la devolvías. A partir de ese momento, se empezaron a cobrar todas las intervenciones, aunque fuera instalar un cartucho.
      Así que ahora la cosa va a ser aún peor. Pues qué ganas de volver al negocio.

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