La morosidad sigue siendo un problema para la mayor parte de trabajadores por cuenta propia de nuestro país. Según un reciente barómetro de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), el 41,7% de los autónomos españoles tuvieron problemas para cobrar sus facturas de empresas y Administraciones Públicas en el primer semestre del año.
Si bien se trata de un dato preocupante, es aún más si consideramos que la tendencia es positiva. Es un punto porcentual superior a la registrada en 2017, aunque bien es cierto que se sitúa lejos de los niveles marcados en 2015, con casi 20 puntos porcentuales menos que en aquella época.
Entre los autónomos que tienen problemas para cobrar sus facturas, el 36,7% cobra sus facturas en un periodo de entre 60 y 90 días, el 30,9% las cobra en un plazo de 91 a 180 días, y otro tercio cobra sus facturas en un periodo superior a los seis meses.
Este barómetro pone de manifiesto una realidad: que la morosidad sigue siendo el principal caballo de batalla de los trabajadores autónomos.
Lejos quedaron aquellas épocas en las que los plazos se dilataban en exceso, obligando a muchas personas físicas en entrar en una situación complicada, el 91,7% de los trabajadores considera muy importante establecer un régimen sancionador para aquellas empresas privadas y Administraciones Públicas que incumplen el plazo de 60 días recogido en la Ley de Morosidad, una normativa que tanto las Administraciones Públicas como las empresas incumplen de manera sistemática.
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