Es un hecho que la mayoría de autónomos cotizan por la base mínima. El 86% de los profesionales por cuenta propia eligen cotizar por 919,80 € al mes, lo cual tiene repercusiones negativas cuando les toca jubilarse, al cobrar un 40% menos que sus homólogos asalariados. Un problema que condena al autónomo, cuyo salario medio no llega a los 750 € al mes, y la obligatoriedad de cotizar por una base mayor que los ingresos de muchos autónomos es uno de los mayores obstáculos que les impiden crecer.
Una de los soluciones que se vienen barajando en los últimos años es la equiparación entre los ingresos reales de los trabajadores y las bases de cotización, al igual que ocurre en el Régimen General. En este último sistema, al no existir una base mínima, cada autónomo cotizaría por lo que realmente factura, de modo que no habría casos en los que se tuviese que pagar por trabajar, por ejemplo en el caso de que los ingresos netos fuesen inferiores a la cuota de autónomos.
Ahora, UPTA también ha promovido incentivar fiscalmente un incremento de bases de cotización. La idea es establecer una serie de deducciones y bonificaciones fiscales en el IRPF para todos aquellos trabajadores que opten por incrementar su base de cotización por encima de la base mínima. Pero, ¿hasta qué punto es una medida que podría funcionar?
Desde mi punto de vista, la idea tiene poco recorrido, fundamentalmente porque el abono de las cuotas a la Seguridad Social ya son deducibles en el IRPF. Es decir, cuanto mayor sea la base elegida por el autónomo y, por tanto, también su cuota, mayor será la deducción a que tendrá derecho. Habría que a través de qué instrumento o deducción concreta se podría articular una medida de este tipo, pero el ahorro que se podría obtener con ello tiene visos de ser insuficiente.
El único camino a recorrer es la cotización por ingresos reales. La entrada en vigor de la obligatoriedad de mantener las comunicaciones telemáticas con la administración va a servir para aumentar la transparencia e información en el sistema, y quizá sea buen momento para equiparar al RETA con el Régimen General, solucionando muchos de los problemas que sufren los autónomos en su día a día.
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