Los dentistas de las empresas son los bancos. O dicho de otro modo, de las gestiones obligadas que debe realizar todo empresario, el tema bancos suele ser el que da una mayor aprensión. Por ello vamos a intentar establecer las bases de lo que debe ser una buena negociación bancaria, en una serie de posts que iremos publicando en Pymes y Autónomos. Para empezar, no está de más precisar qué entendemos por una buena negociación bancaria.
Entiendo como una buena negociación bancaria aquella que permite que ambas apartes alcancen sus objetivos en un porcentaje satisfactorio, sin sorpresas en el devenir de las operaciones y que ayude a construir un clima de confianza entre las partes.
Podríamos hablar de relaciones a largo plazo, de determinadas tasas de retorno financiero para el banco o de coste financiero para la empresa, o...pero creo que todo eso es secundario, y es accesorio. Hay negociaciones bancarias muy satisfactorias para las empresas para operaciones puntuales y con altos costes financieros, y negociaciones que sientan relaciones a largo plazo y con bajos costes financieros que suponen un fracaso.
Un buen acuerdo no encierra sorpresas, en él no hay ocultos huevos de pascua para que una de las partes no cumpla con sus obligaciones. Un buen acuerdo es aquél que nos permite alcanzar los objetivos financieros, de captación de financiación, de colocación de recursos en las condiciones y modos que nos habíamos fijado.
Un mal acuerdo es aquel en que se eluden temas conscientemente para poder luego actuar unilateralmente, un mal acuerdo es el que nos permite negar a al otra parte la contraprestación que hayamos pactado sin que eso nos afecte, un mal acuerdo es aquel en que cada parte tiene una serie de sobreentendidos que, curiosamente, no coinciden.
Con independencia de que se plasme formalmente por escrito, yo diría que un buen acuerdo es aquel que: * Determina importes, plazos (de resolución, formalización y vencimiento), garantías y condiciones de las operaciones de financiación (o de recursos). * Se establecen las comisiones y otro tipo de gastos que va a conllevar trabajar con esa entidad financiera, más allá de la operación anterior, fijando una suerte de planilla financiera con las mismas, tal y como veremos en un post al efecto. * Se fijan una serie de contraprestaciones por parte de la empresa (recursos, impuestos, nóminas, etc). * Quedan claros los interlocutores empresa-banco. * Se estipula cómo se va a medir el grado de cumplimiento de dicha negociación y se marcan fechas para su revisión (generalmente en las renovaciones oportunas).
¿Cómo son vuestros acuerdos con los bancos?
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