Una de las cuestiones que más daño está haciendo a los negocios es tener limitaciones en su actividad. A la falta de clientes en algunos sectores se suma esta especie de ducha escocesa que supone ahora abro, ahora cierro, ahora vuelvo a abrir pero solo puedo atender con la mitad de aforo... Por eso más de uno se pregunta, ¿podemos reclamar al Estado si nuestro negocio quiebra por las restricciones?
O al estado y las autonomías, porque en función de la fecha han sido unas u otras las que han tomado las decisiones de mantener cerrados determinados negocios con el fin de mejorar la situación sanitaria y frenar los contagios. Muchos pueden estar de acuerdo con los cierres, ver incluso que son necesarios, pero no tendrían que endeudarse o ver sus negocios quebrar para salvar vidas.
En este sentido el despacho AYUDA T PYMES están sumando esfuerzos entre sus clientes y asociados para presentar una demanda. El objetivo no es otro que conseguir una indemnización para los negocios que se han visto gravemente afectados en su actividad durante los meses de la pandemia. Este tipo de demandas colectivas, muy comunes en otros países, son menos frecuentes en el nuestro.
El principal problema es que las ayudas recibidas no bastan. La mayoría de ellas han sido en forma de créditos. Lo que supone que en caso de sobrevivir además van a tener que llevar encima esta losa durante los próximos años. Y habrá muchos que no vuelvan a abrir. Según AYUDA T PYMES, la base legal para la demanda se encuentra en la Ley Orgánica 4/1981 de 1 de junio de los Estados de Alarma prevé en el artículo 3.2 lo siguiente:
Quienes como consecuencia de la aplicación de los actos y disposiciones adoptadas durante la vigencia de estos estados sufran, de forma directa, o en su persona, derechos o bienes, daños o perjuicios por actos que no les sean imputables, tendrán derecho a ser indemnizados de acuerdo con lo dispuesto en las leyes
Esto los que han tenido restricciones que les afectan directamente. Porque otros, como puede ser una empresa que trabaja con la hostelería no ha sufrido restricciones a su actividad, pero ha visto como sus clientes cerraban, siendo de esta forma indirectamente afectadas. De esta forma la crisis económica se propaga mucho más allá de aquellos que vemos con el cierre cerrado.
Ahora se está hablando de convertir créditos en ayudas directas, pero en muchos casos puede que sea tarde, puesto que ese dinero que se pidió al principio de la pandemia ya se ha gastado en pagar alquileres, suministros, impuestos, etc. Y no será una solución a corto plazo, aunque si puede ayudar a aliviar la deuda cuando se recupere la facturación.