El factor de sostenibilidad, que estaba previsto que entrase en vigor en unos pocos días, finalmente se retrasó hasta 2023. Una medida política que de ninguna manera evitará que, como cada año desde que se aprobó el retraso en la edad ordinaria de jubilación, el acceso al 100% de la pensión se complique un poco más.
En concreto, la edad legal de jubilación en 2019 será de 65 años y 8 meses con carácter general, dos meses más que en 2018. No obstante, aquellos trabajadores que hayan cotizado durante un periodo de, al menos, 36 años y 9 meses (3 meses más que en 2018).
Pero no solo se amplía la edad de jubilación y el peridoo de cotización El cálculo de la base reguladora también cambia. El periodo de cómputo se amplía 1 año más, de 21 en 2018 a 22 años en 2019. Para su cálculo, se suman las bases de cotización de los últimos 264 meses y se divide el resultado por 308 meses (debido a que la pensión de jubilación se calcula teniendo en cuenta 14 pagas).
Estas condiciones se irán modificando de forma progresiva en los próximos años hasta 2027, cuando la edad legal para la jubilación quedará establecida en los famosos 67 años, y serán necesarios los últimos 25 años para el cálculo de la base reguladora, que determinará nuestra pensión de jubilación.
Entre medias, se espera que entre en vigor el factor de sostenibilidad en 2023, que vinculará las pensiones a la esperanza de vida y la revalorización de las pensiones a la salud de las finanzas públicas. Y no se descartan nuevas reformas que sirvan para hacer más sostenible el sistema de reparto.
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