En el contexto actual, en el que existe un desajuste importante entre la demanda y la cantidad de oferentes respecto a la gran mayoría de los servicios profesionales, deriva en que ante la necesidad de confiar un determinado proyecto, sopesamos más que nunca a quién encargárselo, para lo que las referencias juegan un papel esencial.
Siempre hemos escuchado que la mejor propaganda para un determinado negocio es la opinión de sus propios clientes, ya que ejercerá un importante ‘efecto llamada’ en base a experiencias positivas (aunque se conoce que las negativas también nos afectan en sentido contrario).
En este sentido no sería ninguna sandez el pedir un pequeño informe a nuestros clientes para utilizarlo como una poderosa carta de presentación ante clientes en los que puedan despertar necesidades parecidas, ya que no podemos olvidar que nuestros potenciales clientes normalmente optan por la opción menos costosa y que a su vez les ofrece mayores garantías de éxito.
En este empeño, debemos descartar la opción de pedir una recomendación genérica, siendo mucho más positivo aterrizarla con cuestiones concretas, de tal modo, que ante la presentación de esta ante nuestros potenciales clientes, estos puedan apreciar de que se trata de una buena solución a un problema concreto, para empujarles hacia la consumación de un buen negocio.
En Pymes y Autónomos | ¿Merece la pena pedir referencias de trabajadores a otras empresas?
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