España es un país muy sensible al gravamen de los biocombustibles

España es un país muy sensible al gravamen de los biocombustibles
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España es un país en el que por su configuración geográfica y una orografía montañosa, el transporte por carretera se configura como fundamental para el sector de la distribución y el transporte. Y aunque en las últimas décadas se ha ido desarrollando una red cada vez más notable y suficiente de transporte por ferrocarril y aéreo, aún existen muchas rigideces que nos proporcionan una gran dependencia de los carburantes fósiles.

En estos últimos años, a la par que lo anterior, se han ido desarrollando nuevos combustibles más sostenibles y baratos, como los biocombustibles, pero como consecuencia de la imperativa necesidad del ajuste fiscal (se empezaron a gravar el pasado uno de enero y además se les aplica el IVA cuando antes estaban exentos), se ha incrementado su gravamen hasta el punto de suponer un lastre insalvable para muchos profesionales del transporte por carretera.

Por este motivo la Asociación Nacional de Transportistas de España (Fenadismer) y la Federación Española Empresarial de Transporte de Viajeros (Asintra), están siendo muy críticos con la nueva fiscalidad de los biocombustibles, porque además de los problemas del sector como consecuencia de la crisis económica y unos márgenes muy ajustados, ahora deberán lidiar con este nuevo frente.

Esta situación llevará al cierre de muchas empresas, y no solo eso, sino que también para compensar costes, estas empresas deberán repercutir en su hoja de servicios el coste adicional, lo que nos llevará a unos bienes y servicios más caros, y a la subsiguiente pérdida de competitividad.

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Comentarios cerrados
    • El tema de los biocombustibles no tiene ni pies ni cabeza en España. Resulta que uno de los principales motivos de estarnos hundiendo en la miseria es la pastizara que tenemos que pagar por el petroleo, y resulta que no sólo no se promociona el uso de combustibles alternativos, sino que se penaliza.

      En vez de generar una industria alrededor de los biocombustibles y ponernos a la cabeza de estas tecnologías, los hemos ido dejando como si nos sobrara la pasta. Como he dicho muchas veces, los biocombustibles probablemente no sean la solución al problema energético, pero sería un paso intermedio muy interesante. Cada vez entiendo menos a los gobernantes, sean estos los que sean. O lo que es peor, se confirman según qué teorías conspiranoicas de los intereses creados del petroleo.

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