Lo queremos dejar todo para el último día y a veces se nos pasa el plazo o es un problema. Este es el caso de la declaración de IRPF, ya que mañana es último día para presentar la declaración de la RENTA si sale a ingresar. Si el importe se fracciona, un primer pago de un 60% y un segundo de un 40%.
En ambos casos se puede domiciliar el pago, algo que facilita presentar la declaración antes de llegar al día 26 ya que Hacienda pasa el cobro dicho último día hábil si lo tenemos domiciliado. Lo mismo ocurrirá con el segundo pago. Una cuestión diferente es si no se domicilia el pago.
En el caso de que nuestra declaración salga a devolver tenemos de plazo hasta el 1 de julio para realizar dicha presentación, aunque las cifras este año apuntan a que todos aquellos a los que sale a devolver no están esperando a última hora. Además el Ministerio parece bastante diligente a la hora de tramitar dichas devoluciones.
En todo caso este momento del año es en el que se deben tomar medidas de cara al próximo ejercicio. Si sabemos que ejercicio tras ejercicio nos toca pagar, lo ideal es ajustar el porcentaje de IRPF que nos deducen, solicitando un aumento del mismo por escrito a nuestra empresa.
La otra opción es aplicarnos nosotros mismos dicho porcentaje, creando una hucha de ahorro y no contando con este dinero que tenemos en la nómina como si pudiera destinarse al gasto. De esta manera tenemos un remanente que en caso de urgencia o tensión en nuestras cuentas podemos utilizar para compensar, pero que irá destinado a hacer frente a la declaración de 2019. Por supuesto siempre podemos intentar añadir otras opciones que desgraven, ya sean planes de pensiones o una donación, por ejemplo.
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