Una de las medidas más importantes y por las que el Estado se supone que hace gran esfuerzo de no recaudación fiscal en nuestro país, es la rebaja del impuesto de sociedades. La idea del gobierno ante la crisis era rebajarlo quizá hasta el 30%.
Las pegas han empezado a salir cuando muchos de los autónomos han comentado que como siempre ellos son los más desprotegidos, también con esta medida, debido a que la gran mayoría de los autónomos cotiza su actividad mediante el IRPF. Es inevitable por tanto que muchas asociaciones que a priori podrían estar contentas con la medida hayan puesto el grito en el cielo, y no es de extrañar, debido a la no rebaja de la actividad empresarial para los autónomos.
Las medidas serían muy sencillas, algo tan fácil como la rebaja en un pequeño porcentaje de los módulos de los autónomos haría para ellos el mismo efecto que para las pymes la rebaja del impuesto de sociedades.
En el fondo ambas medidas lo único que buscan es la rebaja de forma directa de la presión fiscal de los pymes y autónomos, pero quizá uno de los mayores problemas es que hasta ahora lo único que siempre se iba rebajando era el impuesto de sociedades y no los módulos.
Quizá una de las mejores medidas, que planteaba la UPTA, era la reducción del 5% del valor de los módulos pero sólo en tres sectores, los más afectados por la crisis como son: construcción, comercio y transporte. Es bueno por dos cosas, no sólo por que sería una rebaja fiscal importante, sino que además no contempla a todos los autónomos por lo que el Estado no notaría una grandiosa falta de recaudación por esta vía.
Vía | europaress Imagen | JustSallyRae