El mes de agosto del año pasado, Marissa Mayer, CEO de Yahoo, puso fin al teletrabajo en su empresa, dejando en entredicho las supuestas ventajas del teletrabajo dentro de una organización. Sin embargo, cada vez son más los profesionales por cuenta propia que trabajan desde casa con un éxito notable, y más las empresas que permiten el teletrabajo en sus organizaciones, habiendo conseguido un éxito notable a la hora de motivar a sus empleados y obtener unos beneficios bastante interesantes en ahorro en dietas, una mayor productividad y una reducción en las bajas por enfermedad. Entonces, ¿dónde está el problema?
Ana, Lucía y Pablo son tres profesionales autónomos que utilizan el teletrabajo en su día a día. Sin una oficina física, sin compañeros con los que relacionarse, y sin un horario de trabajo predefinido, han adoptado una cultura de trabajo que mucha gente envidia. Pero, ¿es oro todo lo que reluce? Estas han sido sus impresiones.
¿Qué es lo que más valoras del teletrabajo?
Una de las razones que empujan a muchos profesionales y empleados de grandes empresas a trabajar desde casa (o sin un lugar de trabajo predefinido) es la flexibilidad. Para Ana, por ejemplo, el teletrabajo permite una mayor conciliación entre la vida familiar y laboral, ya que puede estar al cuidado de sus hijos mientras prepara el siguiente artículo para el blog en el que escribe.
Por su parte, Pablo, soltero y sin hijos, valora la posibilidad de viajar en cualquier momento y a cualquier destino del mundo, sin necesidad de pedir vacaciones y todo el tiempo que quiera. Aunque, eso sí, llevando a cuestas su ordenador portátil y una conexión a Internet donde poder trabajar y llevar su contabilidad; dos elementos que, hoy por hoy, son fáciles de conseguir.
Por último, Lucía encuentra en el teletrabajo una forma de desarrollarse desde el punto de vista profesional y académico. Un trabajo con un horario fijo y al cual tuviese que desplazarse, posiblemente no le permitiría finalizar sus estudios a tiempo; sin embargo, trabajar desde casa supone tener la oportunidad de cursar un máster en finanzas mientras desarrolla su actividad.
En cualquier caso, los tres coinciden en que el teletrabajo les ha permitido llevar una vida más cómoda, pudiendo hacer aquello que más les gusta sin renunciar a su trabajo, y con un coste menor que el que implicaría tener que desplazarse a una oficina, una premisa que en el caso de Pablo, que vive en una gran ciudad, sin duda supone un gran hándicap.
¿Y lo que menos?
En el teletrabajo, no todo son luces. Muy al contrario, se trata de una forma de trabajo que tiene bastantes sombras. Una de ellas es la soledad, en la que coinciden nuestros tres protagonistas. Teletrabajar exige una disciplina que no es fácil de adquirir cuando se está solo en casa, ya que se corre el riesgo de distracciones en el ámbito del hogar. Además, quienes no pasan por la oficina pierden la oportunidad de integrarse con sus compañeros, con muchas posibilidades de estancarse y perder oportunidades de promoción.
Para Pablo, además, el teletrabajo supone que prácticamente no haya un punto y aparte a lo largo del día y, por lo tanto, que no haya desconexiones. Esto implica que, muchas veces, el teletrabajador hace más horas de las que debería y que la supuesta ventaja de la conciliación se convierta en el mayor inconveniente, especialmente si no sabemos manejar esta situación.
Lucía ha pasado épocas en las que la falta de motivación era la tónica habitual de su día a día. La soledad, el estrés y la falta de disciplina habían afectado a su vida personal, y la desmotivación era demasiado habitual. Además, veía como muchos de sus compañeros promocionaban mientras ella se quedaba estancada como consecuencia de trabajar desde casa. En estas circunstancias, Lucía se ha planteado en varias ocasiones renunciar al teletrabajo.
¿Qué habrías hecho para mejorar tu situación?
Son muchas las madres trabajadoras que optan por el teletrabajo para conciliar la vida laboral y familiar. Sin embargo, lo que para algunas es un claro beneficio, para otras es un auténtico lastre. Por ejemplo, Ana, madre de dos hijos, considera que el teletrabajo ha sido una de las mejores decisiones que ha tomado, al poder trabajar mientras está al cuidado de sus hijos, sin renunciar a la proyección profesional, ya que normalmente aprovecha para pasar por la oficina y ver a sus compañeros siempre que puede.
En ocasiones, Pablo ha recurrido a centros de coworking para vencer a la soledad y buscar sinergias con otros profesionales. Se trata de centros de trabajo pensados específicamente para trabajadores autónomos sin una oficina física concreta, cuyas características les convierten en centros de trabajo ideales para conseguir que los teletrabajadores venzan a la soledad y encuentren lo que les falta en otros profesionales.
En definitiva, si bien el teletrabajo está adquiriendo cada vez más adeptos, se trata de una forma de trabajo que no está exenta de problemas, especialmente entre aquellas personas a las que la soledad les puede. Por esta razón, aunque parezca que el teletrabajo beneficia a todos, es necesaria una cierta disciplina para que seamos nosotros quienes le venzamos, y no al revés.
