En el día a día de nuestro desempeño profesional debemos gestionar errores y aciertos en los equipos que se ubican en la órbita de nuestra gestión, que en algunas ocasiones nos posicionan en situaciones incómodas debido a que debemos gestionar errores que pueden afectar tanto al conjunto del equipo, así como a nuestra reputación.
Pues bien, antes de determinar la forma en la que debemos actuar debemos analizar si el error corresponde a un miembro del equipo, si el error se reproduce con mayor o menor frecuencia, de si se puede corregir a futuro, o de la esperanza que tenemos en que nuestro subordinado corrija este.
Lo que lleva a que cada caso sea diferente, debiéndolo abordar con objetividad y sin juicios de valor para evitar tomar una decisión desacertada que nos lleve a ser poco justos o que nos pueda llevar a arrepentirnos posteriormente.
A pesar de estas reglas, en ninguno de los casos nos encontramos ante una tarea fácil, en la como responsables de equipo debemos proteger a nuestro equipo, siempre y cuando los esfuerzos no sean en balde, y al mismo tiempo cuidar de los objetivos departamentales.
En Pymes y Autónomos | Ser impulsivo con los subordinados va en contra de la eficacia Imagen | seedrocket