La formación empresarial y ejecutiva es algo que los profesionales de los países desarrollados se suele adquirir en su madurez, o al menos, cuando han finalizado su formación reglada, con lo que esperan poder desarrollar con mayor maestría y éxito su vida profesional.
No obstante, algo parece que estar cambiando, y lo sorprendente es que en esta ocasión el cambio no mane de los Estados Unidos o de Europa, sino desde la China, que ha empezado a desarrollar lo que se vienen a denominar escuelas de ejecutivos para niños, dónde los profesionales del mañana pueden adquirir habilidades como el hablar en público, desarrollar trabajos en equipo, o realizar prácticas en pro del desarrollo de habilidades de gestión y toma de decisiones.
Este asunto puede ser trivial, pero si lo pensamos con mayor detenimiento, muchas de las razones del éxito de los directivos se basan en comportamientos y habilidades, que cuanto más pronto internalicemos, mayor puede ser su madurez y su desarrollo en vistas a la consecución de un determinado puesto de responsabilidad en un futuro.
Por tanto, me resulta una iniciativa muy interesante, porque a la par que desarrollan sus actividades educativas estándar, pueden anticipar el aprendizaje de cómo han de reaccionar a problemas futuros, adquiriendo una experiencia muy valiosa que les posicionará en la parilla de salida en una posición muy ventajosa.
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