Más difícil todavía, trabajar desde casa con hijos pequeños, ¿de verdad es posible?
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Más difícil todavía, trabajar desde casa con hijos pequeños, ¿de verdad es posible?

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Cuando hablamos de trabajar en casa uno de los problemas que surgen de forma reiterada son los problemas para poder concentrarse en un entorno doméstico. Normalmente hemos organizado nuestra casa para vivir, no para que sea también nuestra oficina. Es más complicado todavía si tenemos hijos pequeños, pero no es imposible.

La cuestión es que no podemos pretender ejercer los dos papeles de forma simultánea. Por un lado estar pendiente de los niños y por otro trabajar como si estuviéramos en la oficina y sin que nadie nos moleste. A menos que tengamos un despacho o habitación en la que simplemente podamos cerrar la puerta y que alguien se ocupe de ellos. Incluso así, será raro que no entren para pedirnos algo.

Además de trabajar, tenemos que estar pendiente de los niños

La sensación es peor si además tenemos que trabajar en una sala común. Esto tiene la ventaja de que podemos "vigilar" a los niños mientras están viendo la tele, jugando en la sala, etc. Nosotros podemos estar delante del ordenador realizando nuestras tareas. Pero también tiene la desventaja de que es muy complicado concentrarse.

Hay que aprovechar los momentos de tranquilidad como si fueran oro, no sabes cuando volverás a tener otro

En algún momento hay que aislarse mínimamente. Por mi propia experiencia, lo que mejor resultado me ha dado es la música a través de unos cascos, que nos ayuden a controlar el ruido de la sala y faciliten la concentración. Tenemos visión periférica de los niños, pero podemos trabajar con más o menos tranquilidad.

Otra cuestión importante son las interrupciones. Es algo que no se puede programar, pero si intentar minimizar. En mi caso, el método Pomodoro, dividiendo las tareas en tramos de 25 minutos y haciendo 5 de descanso servían para evitar que cada dos minutos requieran atención, obligando a dejar lo que estás haciendo y levantarte.

Por último al encontrar la tranquilidad en un momento dado tiendes a maximizar tu concentración. No sabes cuanto va a durar. Por lo tanto aprovechas esos momentos como si fueran oro. A veces se buscan estos momentos cuando los más pequeños no están presentes. Madrugando una hora más para tener este tiempo y poder trabajar tranquilos o cuando se han ido a dormir.

Saber cuando vas a poder rendir y cuando es mejor admitir tu derrota

Pero si a pesar de todo no resulta el mejor momento para trabajar y tenemos a los niños encima en todo momento, hay que parar. A veces simplemente no se puede reconducir la situación. Es aquí donde tenemos que pensar cuál es la ventaja de trabajar en casa. Muchas veces lo hacemos para poder ocuparnos de ellos. Y eso es precisamente lo que no hacemos.

La fexibilidad es básica para poder trabajar en casa con niños pequeños

Es aquí donde hay que ser muy flexibles para reprogramar nuestras tareas, las horas que teníamos previstas. Si hay que salir al parque porque es la mejor opción y no vamos a poder trabajar, asumimos que después de cenar en lugar de ver la tele tendremos que recuperar el tiempo perdido.

Y además acabamos con un sentimiento de culpa de no poder avanzar en el trabajo y que ellos acaben pagando nuestro estrés laboral. Hay que pensar cual sería la alternativa. No es una situación perfecta, pero en la mayoría de las ocasiones es mejor que tener que desplazarse a la oficina para trabajar. Y si sabemos adaptarnos le podemos sacar mucho partido a esta situación.

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Imagen | Morguefile

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