Se rumorea que hay gente que realmente le gusta su trabajo, que pueden pasar horas y horas pegados a su mesa o gestionando sus tareas. Llegan a casa y se conectan desde sus equipos portátiles o al ordenador de la oficina para rematar algunos flecos. No se pueden ir a dormir si no han leído el correo electrónico y para ellos las vacaciones casi son un castigo. Pero lo cierto es que es necesario desconectar en vacaciones aunque seas un adicto al trabajo.
En muchos casos se trata de un autentico esfuerzo personal el que deben realizar para no encender el móvil de tapadillo por si tienen algo urgente. La cosa se puede complicar todavía más cuando a esta característica de querer seguir con nuestras tareas pendientes tenemos que sumarle el factor de no saber, o no poder, delegar.
Son casos extremos pero donde lo más efectivo es buscar un rincón apartado del mundo donde no tengan cobetura de datos, que como mucho puedan recibir llamadas y en estos casos limitar las llamadas entrantes que pueden recibir. Al final se trata de una adicción al trabajo que se tiene que tratar de igual manera que otras similares, donde la voluntad y el reconocimiento de que tienen un problema es el primer paso para tratar de solucionarlo.
Sin embargo esta falta de descanso mental produce poco a poco un agotamiento importante que va mermando nuestra capacidad de concentración, y con ello nuestra productividad en el día a día. El resultado es que una semana de vacaciones nos permite tener muchas más horas productivas por delante en los próximos meses.
El cerebro no tiene un botón que lo conectas y te permite entrar en fase de máxima productividad. No tienes más que ver que eres más productivo por las mañanas que a última hora de la tarde, más fácil es concentrase los primeros días de la semana que los viernes. Pero no basta con las pequeñas desconexiones.
Por eso necesitamos pausas más largas, donde estemos al margen de clientes, de proveedores, de correo electrónicos o llamadas que requieren nuestra atención. Una dexconesión más profunda que resetea nuestra mente y la limpia, permitiéndo volver con las pilas cargadas de cara al otoño. La vacaciones son para los trabajadores como las pretemporadas para los futbolistas, se carga nuestra arma principal, en este caso la mente, para lo que nos queda de año.
En Pymes y Autónomos | Desconectar del trabajo en vacaciones, algo cada día más difícil
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