Muchos emprendedores tienen que recurrir a socios en la búsqueda de financiación del proyecto que llevan a cabo. En este camino de búsqueda, se pueden definir dos grandes drupos en función de su capacidad financiera.
Los grupos son claros; socios con una capacidad financiera baja / media (ojo que hablamos de millones de euros) o socios con capacidad financiera alta o muy alta (varios cientos de millones de euros o incluso miles). Cuando un proyecto llama a la puerta de estos Business Angels o sociedades de capital riesgo, tiene que tener claros varios puntos: * Las exigencias iniciales que se marquen para la entrada del capital en la empresa hay que cumplirlas. * A partir de la entrada de un socio que domina la situación, estamos en sus manos. * Cuanto más capacidad financiera tenga un inversor, mayores serán sus exigencias y menores sus tolerancias a desviaciones. ¿A raiz de qué viene este post? Pues ha surgido mediante una conversación con Ricardo Galli a colación del cierre de Soitu. Esta empresa va a echar el cierre porque su accionista mayoritario no va a inyectar más dinero en el proyecto. A falta de concretar por parte de Soitu o BBVA cual ha sido la motivación exacta para no meter más dinero en la empresa, si podemos tomar buena nota de lo que ocurre cuando difieren las capacidades de inversión y las proyecciones temporales de generación de beneficios o rentabilidad entre inversores o Business Angels y los propios emprendedores.
Cuando en nuestra empresa entran accionistas que toman el control o tienen la capacidad financiera de decisión, nuestra estrategia pasa a un segundo plano. Este punto no es deseable, pero es un dilema importante que es necesario aceptar en infinidad de ocasiones si se quiere llevar a cabo un proyecto empresarial. En determinados casos, no hay más remedio que admitir estos capitales en la empresa o abandonar el proyecto.
Si marcamos un plan financiero que tiene unas necesidades de capital de 100 y en tres años vamos a generar ingresos, puede suceder que si nos desviamos de dicho plan y en lugar de 100 necesitamos 200, y donde dijimos 3 años, ahora sean 5, es muy probable que esos socios capitalistas abandones el barco ni pongan un solo euro´más en la empresa.
Y en ese punto es donde entra la regla anterior: a mayor fortaleza del inversor, menor tolerancia a desviaciones, con lo cual, un buen proyecto se puede ir al garete si las desviaciones en las que se incurren son elevadas respecto al primer plan financiero marcado. Tened en cuenta estos puntos antes de llamar a la puerta de inversores con fuerza financiera.
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