Como muchos sabéis, en la Gestión Empresarial existen dos Teorias sobre el comportamiento de los trabajadores/colaboradores. Son las llamadas Teoría X y Teoria Y, que suponen, en última instancia, una toma de postura, unas visiones antropológicas totalmente contrapuestas. Hablando en plata, que dicen los castizos, dos versiones distintas de la película.
Los defensores de la Teoria X son los partidarios del palo. El hombre es vago por naturaleza, no le gusta currar, no le gusta implicarse. Por tanto, lo que toca a los jefes, es control y represión. Lo que es totalmente opuesto a la Teoría Y, que cree que el hombre disfruta en el trabajo, si se dan las condiciones adecuadas, que se implica más allá de la mera nómina, que es responsable, que...simplificando, los partidarios de la zanahoria (que no tiene necesariamente una equivalencia económica).
¿Y qué pasa con las palomas?
Lo de las palomas lo digo a propósito de un post delicioso en el que se narra una anécdota de Kahneman, premio Nobel de economía. Y es que Kahneman, en una reunión, apostaba por el premio sobre el castigo, como fruto de sus observaciones con las palomas. Frente a ello se manifestó un instructor militar, basándose en su experiencia con pilotos y en como estos mejoraban tras una bronca o empeoraban tras un halago. La teoría del Nobel es que eso era un simple fruto del azar, un mecanismo de regresión a la media, que para nada invalidaba su teoría.
Tal y como yo lo veo, y de alguna manera, el instructor observaba una realidad que no era capaz de interpretar correctamente. Teorizaba esos hechos de una manera que le dejaban más tranquilo. Su papel y su visión del mundo quedaban, según él, refrendados por los mismos. Es algo así como el mito de la planificación, para algunos. Y por supuesto, otro tanto podría decirse de los que piensan que son las zanahorias las que producen esos resultados. Y es que en ocasiones, nos pasa como a aquel chino con el cerdo.
Yo, tras bastantes años de experiencia, no tengo claro si soy X o Y. Lo que si tengo claro es que la Teoria X no puede extenderse permanentemente en el tiempo. No hay entidad ni organismo vivo que lo resista. Y es impropio de sociedades democráticas como la nuestra. Puede ser viable en el corto plazo, para momentos puntuales de una crisis, pero construir en el siglo XXI una empresa únicamente sobre el ordeno y mando me parece aventurado.
Y tu, ¿eres X o eres Y?
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