Desde hace décadas las ventas de automóviles han sido un indicador muy representativo del nivel de consumo y de renta de una economía, de tal manera que si estas se incrementaban era síntoma de que su economía atravesaba por un buen momento, y si sus ventas se reducen, es porque la economía se está enfriando.
En los últimos dos años y medio, con el agotamiento de las ayudas públicas a la compra de automóviles, que han mantenido artificialmente los datos positivos durante algún tiempo, hemos asistido a la realidad del sector, la del obligado ajuste al que le ha obligado la crisis económica.
Según nos indica el diario Expansión, las ventas del pasado mes de octubre ascendieron a 57.278 unidades, lo que supone una caída del 6,7% respecto al mismo mes del año pasado, retrocediendo a niveles del año 1993. Estas cifras, además de ser muy indicativas, del impulso consumidor de la economía española, nos muestran una idea de la oferta de crédito y de la demanda solvente del mismo.
Previsiblemente, en los próximos meses no se producirán grandes variaciones, puesto que la actual coyuntura se seguirá cebando con los sectores más sensibles de la economía, y sobre todo con los negocios más sensibles al ‘bolsillo’ del consumidor, en especial la compra-venta de vehículos y el sector del gran consumo. ¿Está siendo injusta la crisis con estos sectores, o más bien han vuelto a la situación natural que les pertenece?
En Pymes y Autónomos | Si tus ventas caen rencorta gastos
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