Más allá de los fríos números, los seguidores de una marca deben servir para algo. Medir el éxito o fracaso de una estrategia en redes sociales en base al ‘peso’, es un error de bulto que se acaba pagando. De nada servirá que se logre un incremento del 40% en el número de usuarios que siguen a tu empresa, si luego eso no se traduce en nada más. Convertirlos en objetivos medibles, económicos o no, deben ser la prioridad.
En alguna ocasión lo hemos recordado: tantos seguidores tienes, tanto vales’ es un principio falso y, además, peligroso. Significa engañarse a sí mismo, pues a golpe de clic y con un pequeño desembolso económico tu pequeña audiencia puede aumentar en más de 2.000 en tan solo 24 horas. Eso sí, con un número que luego, a la postre, no sirve para mucho.
Cinco conversiones en redes
Por esa razón, los seguidores de tu marca en las principales redes sociales deben traducirse, al menos en un porcentaje importante, en algo más allá del mero número. Aquí algunas opciones:
Visitas a la web. Lograr tráfico a través de los enlaces que se publican en ellas puede ser una opción interesante si lo que se aspira es, precisamente, dar mayor visibilidad y posicionamiento a la ‘home’.
Ventas. Seguramente es la conversión más compleja, especialmente porque si pretendes vender como siempre, es mejor que no pises estas plataformas. No resulta sencillo, pero claro que se pueden conseguir ventas a través de ellas con una buena estrategia.
Suscriptores. Tienes una newsletter con contenido trabajado y exclusivo con la que pretendes fidelizar a tu audiencia (es, seguramente, con la infoxicación actual una buena alternativa si se trabaja bien). Lograr más usuarios que se suscriban puede ser un paso muy interesante.
Prescriptores. Conseguir un ‘ejército’ de usuarios que recomienden tu marca, tus productos, tus contenidos, gracias a un trabajo de fidelización importante, es una conversión más que interesante.
Un particular departamento de calidad. Por qué no convertir un número más en alguien que te señale errores, que te detecte mejoras o que te guíe respecto a la usabilidad de tu producto o servicio. Saber escucharles y 'premiarles' es fundamental.
Sin extremismos
Todas estas conversiones no se consiguen de manera burda, descarada, invasiva o aburrida. Como decíamos con las ventas, se tratan de canales de comunicación e interacción en los que los códigos cambiaron enormemente. Hacer aportaciones de valor y conseguir ser útil a esos usuarios que engrosan las listas de seguidores en las distintas plataformas allanarán el camino.
Pero la conclusión debe quedar bastante clara: los números servirán de muy poco si no acaban convirtiéndose en algo valioso para la empresa. Y para que eso suceda, ésta debe convertirse en algo valioso para esos usuarios que se 'esconden' tras las cifras. Y no resulta nada fácil. Porque, como siempre hemos dicho, el corto plazo y estas estrategias nunca se llevaron bien. Esperar resultados inmediatos es autoengañarse.
Aparte de estas conversiones, muy básicas, ¿qué otras incluirías en la lista?
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