El principal problema de la empleabilidad en las zonas rurales es la estacionalidad de las actividades, lo que proporciona muy poca estabilidad en el empleo, y en muchos casos pobreza, condenando a la lacra del paro a los trabajadores agrícolas más reticentes a abandonar las zonas rurales en las épocas en las que la actividad escasea.
Tal vez, esta realidad que se presenta como extrema, tenga su razón de ser en causas diversas, pero objetivamente se trata de un problema que se puede gestionar y a la par, solucionar. Pero, muchos empresarios y gestores públicos afincados en las zonas rurales de nuestro país se harán la pregunta de: ¿cómo hacerlo?
Las zonas rurales, cada vez cuentan con una diversificación mayor de sus actividades económicas, que por suerte, cuentan con ciclos de producción muy heterogéneos, tanto, que podrían absorber al sobrante de mano de obra de actividades como la recolección de la aceituna, allá por los meses de febrero-marzo, para emplearlos en el turismo rural, una actividad en auge que en esas fechas inicia su temporada alta con la Semana Santa, continuando por la primavera y culminando con la época estival, de tal modo que se podría mantener la contratación a lo largo de todo el año.
Tal vez esta reflexión se la deban de cuestionar muchos gestores políticos en sus respectivas circunscripciones administrativas, pero en lo que nos toca a nosotros, si usted posee una empresa rural, puede encontrar en esta reflexión una solución a la empleabilidad de sus trabajadores a lo largo de todo el ejercicio.
En Pymes y Autónomos | ¿Es hora de volver al campo? Imagen | josangel_ap