Con la crisis y el incremento del precio de los carburantes los usuarios de las vías circulación están cambiando sus preferencias de consumo, intentando ahorrar un poco más, lo que les lleva en muchos casos a renunciar al uso de las autopistas de peaje, optando por las carreteras de 'toda la vida'.
Esta situación, que se debe tal vez a una falta de previsión de las empresas concesionarias o a los efectos de una recesión que no parece tener fin, está siendo positiva para algunos negocios familiares localizados en las antiguas carreteras, que fueron perdiendo volumen de facturación por el auge de las más recientes de pago.
Esto es lo que ha sucedido al mesón Quico en Arbás del Puerto (León), en pleno puerto de Pajares, que tras decidir trasladar su negocio a la autopista de pago A-66, ha decidido retornar a su emplazamiento original por el menor atractivo de este tipo de vías. Al igual que está sucediendo con otros negocios que se sitúan en las vías de servicio de nuestra red de carreteras, como las gasolineras, bares y tiendas de recuerdos.
Por supuesto no se conoce el tiempo que durará esta situación, ni tan siquiera si será irreversible. Pero lo que tenemos que tener siempre presente es que las situaciones son cambiantes, y jamás podemos pensar que un tipo de servicio sea preferido para siempre, máxime si pretendemos cobrar lo mismo en época de crisis que en los años de la 'burbuja'.
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