Si, es una realidad, pero muchas veces, los emprendedores se sienten como nuestro amigo de la foto; las empresas tambien fracasan, y es más, lo curioso es que casi nadie habla de ello. Encontramos muchísima literatura de técnicas de marketing triunfales, optimizar la gestión para obtener los mejores resultados, organización de grandes proyectos... pero todavia no he encontrado aquel que diga como muere una empresa, o técnicas de mala gestión a evitar. Desde aquí, quiero apuntar algunos factores que toda empresa debería evitar, porque ineludiblemente conducen al fracaso empresarial.
El primer error que se comete en una empresa es el optimismo en resultados. No existe absolutamente ningún plan de negocio que contemple los límites máximos de crecimiento. Cabría pensar, no tiene por qué tener límites al crecimiento, porque cuanto más venda, más beneficio y mejor para mi empresa... Todos somos ambiciosos y es la primera idea que se nos viene a la mente si tenemos la oportunidad de crecer rápido, pero hay una serie de factores que no se tienen en cuenta en estos casos:
- Necesidad de aumentar los medios técnicos y equipos productivos en importe superior a los beneficios que se obtengan con el crecimiento.
- Aumento de la mano de obra, pero la productividad media de la mano de obra disminuye.
- El aumento de negocio de forma desproporcionada genera un aumento de circulante, que hay que financiar con fondos propios en un gran porcentaje.
Un claro ejemplo lo podemos tener en el sector de la construcción, que curiosamente es el sector que más concursos voluntarios y forzosos se declaran. Situémonos en una empresa que el primer año cuenta con 3 trabajadores, con una productividad acorde con el sector y los medios necesarios de vehículos, herramientas y maquinaria para la dimensión inicial. Supongamos que dicha empresa, por su calidad y seriedad en los trabajos, formaliza un contrato que necesita para llevarlo a cabo, multiplicar por diez todos sus factores, y que le va a reportar mayores beneficios, pero también ocurre, que el empresario que ha montado dicha empresa, no dispone de los recursos necesarios para invertirlos en la misma. Opta por fuentes de financiación ajenas, disminuyendo a su vez considerablemente el beneficio esperado, y como también tiene un descenso en la productividad.
Tal y como expongo, la mayoría de emprendedores, cuando comienzan una andadura empresarial, no calculan en el tiempo, las necesidades de ampliación de capital necesarias para continuar con la actividad, y en la mayoria de los casos, las necesidades se descubren tarde, provocando el estrangulamiento financiero de la empresa e incluso de la economía personal del emprendedor.
Desde aquí, quiero dar un poco de cordura a todos los proyectos empresariales que están en los primeros años, así como a los que os estais planteando comenzar la andadura empresarial, para que tengais en cuenta, otro factor más, que es el crecimiento máximo que podeis alcanzar.