Hace no demasiado tiempo, la única opción para almacenar archivos en red era dedicar un ordenador a esta tarea específica, aunque la solución más practicada en las empresas de pequeño tamaño era la de compartir las carpetas necesarias en cualquiera de las estaciones de trabajo.
La cada vez mayor dependencia de las nuevas tecnologías que tenemos las empresas e, incluso, las nuevas normativas en cuanto a la protección de los datos que debemos cumplir, hacen prácticamente imprescindible disponer de algún sistema de almacenamiento de ficheros en red.
En entornos de trabajo con pocos equipos, no siempre resulta necesario disponer de un servidor de red, entendiendo cómo tal aquel con un sistema operativo propio (cualquiera que éste sea), que se encargue de gestionar nuestra red local además de permitirnos el acceso a los archivos.
Si bien ésta es en principio la situación ideal, el coste aparejado en licencias de acceso (en el caso de sistemas como Windows) y la dificultad de configuración y mantenimiento de estos equipos si no se dispone de personal técnico, lo hacen poco recomendable para las organizaciones de menor tamaño.
Sin embargo, por pequeña que sea nuestra infraestructura, siempre será interesante integrar un servidor de archivos que permita centralizar todos nuestros ficheros importantes y establecer políticas de acceso a ellos, incrementando la seguridad y simplificando la realización de copias de respaldo.
Las soluciones que os propongo se conocen como NAS (Network Attache Storage o Almacenamiento Conectado a Red) y existen multitud de productos que pueden encajar en cualquier entorno de las características que hemos comentado. Una vez vista la necesidad, podemos optar por dos opciones diferentes:
- Ordenadores dedicados: aunque diferenciaba más arriba los servidores de red de los equipos NAS, siendo estrictos cualquier equipo que pueda dar acceso a ficheros se puede considerar como tal. Comentaba también el coste asociado a las licencias de acceso por tener un servidor con un sistema operativo como windows, pero afortunadamente existen alternativas en código libre que nos permiten configurar un equipo dedicado, que no necesita de mucha potencia, de forma relativamente sencilla, como FreeNAS, NASLite y Openfiler.
- Equipamiento específico: generalmente, y sobre todo si hablamos de entornos pyme, son equipos de reducido tamaño, que pueden llevar uno o más discos duros y que están diseñados específicamente para realizar esta tarea. Su precio es bastante ajustado y tienen la ventaja de ser la opción más sencilla de configurar y administrar. Hay infinidad de modelos con multitud de configuraciones donde elegir
La segunda opción es desde luego la más adecuada desde el punto de vista del rendimiento y la seguridad. La facilidad de configuración y la gran oferta de modelos la hacen sin duda la mejor elección para aquellos que no quieran complicar su infraestructura de red.
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