Una de las cuestiones básicas para muchas empresas en estos momentos es conseguir ahorrar en sus gastos. Sin embargo parece que la factura electrónica no se encuentra entre sus prioridades. En un reciente estudio llevado a cabo por el ANEI (Asociación Nacional de Empresas de Internet), cuatro de cada cinco empresas no piensan en el ahorro de la facturación electrónica.
En concreto el 79,3% de las empresas españolas no han valorado los ahorros que obtendría su empresa al utilizar la facturación electrónica. La reducción de costes vienen sobre todo por el lado de los costes de impresión, correo postal, papel, etc. Pero también en la gestión administrativa, o una mejor forma de cobro y menores costes en el archivado y almacenamiento.
Además, un 75% de estas empresas recibe facturas en un formato distinto al papel. El problema es que aunque muchas empresas ya reciben las facturas en formato digital, pero que los documentos recibidos no cumplen los requisitos necesarios para ser considerados como e-facturas. Las empresas envían a sus clientes las facturas, en un formato distinto al papel, en el 78,3% de los casos, siendo los ficheros en formato PDF los más utilizados (71,7%), seguidos de los archivos XML (15,0%).
Lo cierto es que si son las administraciones públicas y las grandes empresas las más beneficiadas por la facturación electrónica, tendrían que poner mucho más de su parte para ayudar a su implantación en las pequeñas, que son las más numerosas, pero que en comparación a la inversión que tendrían que realizar, tendría un retorno de la inversión más dilatado en el tiempo.
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