Uno de los términos de moda que venimos escuchando últimamente en distintos foros es el de gamificación en la empresa. Se trata de implantar diversas dinámicas de los juegos dentro de los entornos no lúdicos de la empresa. Pero la gamificación en la pyme, ¿es posible?
Pues en principio no depende del tamaño de la empresa, por lo que podemos crear distintas acciones donde la gamificación nos ayude a mejorar. Y esto lo podemos hacer tanto en clave interna, como externa. La gamificación puede mejorar la productividad de la empresa y también fidelizar a nuestros clientes, creando el compromiso necesario entre clientes y marca.
Gamificación para mejorar la productividad
La gamificación ayudará a realizar de forma más liviana todas las tareas que pueden resultar monótonas o repetitivas. Se recompensa a los trabajadores con recompensas, creando una dinámica de juego que les impulsa a conseguir nuevos retos y metas. Para ello es importante que los retos para los trabajadores sean alcanzables y las recompensas atractivas.
Convertimos una tarea aburrida en algo que tiene un pequeño aliciente, aunque sólo sea cuestión muchas veces de ego personal, para el trabajador. De esta forma se mejora la productividad, ya que el trabajador consigue mejorar su concentración y entrar en el flujo del juego, en estos momentos donde nos hemos quedado enganchados por el juego y podemos estar absolutamente dentro del mismo. Este es el objetivo a conseguir.
La tecnología nos puede ayudar a implementar la dinámica de juego pero no es imprescindible. Lo que si es interesante es articular un reconocimiento de los logros y las recompensas, ya sea a través de la Intranet, de correo electrónico, etc. Cada empresa sabe los medios que tiene disponibles. Se trata de convertir los objetivos que ya ofrecen muchas empresas en un juego que nos facilite su logro.
Gamificación para mejorar el compromiso de los clientes
Por lo que respecta a los clientes de la empresa, la gamificación nos puede ayudar a alcanzar la atracción necesaria entre marca y clientes. Aquí se puede hacer de forma diferente, haciendo que utilizar un servicio de nuestra empresa sea algo divertido, a través de las redes sociales que tenemos en la empresa o en nuestra web.
Lo importante es que el cliente se sienta identificado con el juego, con nuestra empresa y que cuando llegue el momento de comprar o contratar un nuevo producto no tenga que pensar y acuda directamente a nosotros para ello. Conseguirlo no es una tarea fácil pero el intento desde luego merece la pena, también en la pyme.
En Tecnología Pyme | Tres métodos de organización para mejorar la productividad en 2014 Imagen | Tom