La facturación electrónica se va implantando poco a poco entre las empresas, sobre todo las de mayor tamaño. Una reciente encuesta llevada a cabo por la Asociación Europea de Proveedores de Servicios de Facturación Electrónica revela que la facturación electrónica aumenta su uso un 19% entre las empresas europeas.
Este aumento es significativo, tanto en el número de empresas que ya utilizan este modelo de facturación como en el volumen de facturas procesadas. La facturación electrónica tiene un uso mayoritario para emitir facturas entre empresas y con la administración pública.
Por lo que respecta a nuestro país, se acaba de poner en marcha hace poco el Punto General de Entrada de Facturas Electrónicas, algo que ayudará a que no se queden las facturas en los cajones sin cobrar, aunque lo cierto es que soy bastante escéptico sobre si cumplirá su propósito para acortar los plazos de pago de estas administraciones.
Lo cierto es que el uso de la factura electrónica en muchos casos es una obligación para las empresas más pequeñas, si quieren contratar con la obligación, o con empresas más grandes que tienen implantado este modelo de facturación.
Aunque tiene muchas ventajas de las que ya hemos hablado en múltiples ocasiones, es el volumen elevado de facturas lo que ayuda a rentabilizar la inversión realizada para implantar la facturación electrónica, aunque es algo cada día más común en las empresas y sus sistemas de facturas.
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