Asumámoslo, ninguna tecnología es perfecta. Somos nosotros los que tenemos que hacer un uso inteligente de la misma. Pero muchas veces se supone que con la mera inversión realizada se van a solucionar todos nuestros problemas. La tecnología es una ayuda, pero no nos podemos confiar ciegamente a ella.
Voy a poner un ejemplo muy claro, que utilizo mientras escribo estos mismos párrafos. Los correctores ortográficos que utilizamos, ya sea en los navegadores o el mismo de Word, no son infalibles. No van a marcar como un error si yo me confundo y pongo mas en lugar de más, ay en lugar de hay, o a ver en lugar de haber. Los correctores nos ayudan a no cometer tantos errores, a detectar la mayoría de ellos, pero no son perfectos. Una segunda lectura acaba con la mayoría de los fallos cometidos.
Ocurre lo mismo con los antivirus. No conozco ninguno que sea perfecto, que no se le haya colado algún malware en un momento u otro. ¿Significa esto que son inútiles? Todo lo contrario, nos ayudan a protegernos contra la mayor parte de las amenazas, pero si queremos estar más seguros tenemos que tomar medidas adicionales.
Otro caso similar son los cortafuegos. Un software que nos alerta de las conexiones que realiza nuestro equipo. Si no vamos a revisar que se está conectando a nuestro equipo lo cierto es que sirven de poco, ya que al final acabamos dando permisos a todas las conexiones.
Seguro que en vuestras empresas tenéis ejemplos de este u otro tipo. Datos que se pierden a pesar de los discos en RAID del servidor o las copias de seguridad que no han funcionado, hojas de cálculo que se mueven de un lado para otro para pasar los datos de un departamento a otro, de las que existen varias versiones distintas y es difícil saber cual es la definitiva, etc. ¿Qué ejemplos tenéis en vuestras empresas de tecnologías que no responden a las expectativas creadas?
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