Esta tarde dando un paseo me he parado delante de una agencia de viajes. Con un sistema para mostrar a los clientes en su escaparate a través de cuatro pantallas lo que supongo que sería una presentación de sus ofertas. Dos de las pantallas mostraban la pantalla azul de Windows XP característica de cuando algo no funciona como debe en el sistema. En estos casos si no funciona, mejor no enseñarlo.
Lo más sensato en estos casos es apagar las pantallas que tienen este problema y seguir con las otras dos, que tampoco estoy seguro que funcionaran del todo correctamente puesto que tenían una imagen estática. El problema es que las personas que están en el interior no ven las pantallas y no pueden controlar si tienen algún problema, a no ser que salgan fuera de la oficina.
Es en este caso cuando si tenemos alguien que sale a fumar nos puede avisar. Lo malo es que si no se apaga queda una imagen de desidia en la empresa que invita poco a comprar en esta empresa. Si vemos que no está funcionando correctamente cuesta poco apagar el sistema y avisar a la persona responsable para que pueda gestionar su solución.
Además me ha llamado bastante la atención que tuviera un ordenador de caja y a la vista, cuando en este tipo de sistemas lo que suele primar son dos cuestiones. Que no se vea nada de cableado y que el equipo que controla las pantallas quede oculto. Desde luego no me ha dejado una buena impresión, ni el modo de montar el sistema ni la falta de atención lo que me echa para atrás a la hora de confiar en esta empresa.
Ninguno estamos exentos de problemas, pero lo cierto es que saber reaccionar ante uno de ellos es primordial a la hora de gestionar la continuidad del negocio. En este caso es una pantalla de cara al público en la que hay una presentación, pero con estos mimbres no se que ocurrirá si falla algo grave en el sistema a la hora de sacar un billete.
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