Uno de los principales incovenientes de la globalización, es que se está globalizando todo menos la cultura. De este modo, el escenario actual nos obliga a tener que colaborar y cooperar con gente de diferentes culturas que no siempre es sencillo.
Realmente las particularidades en los usos, costumbres y normas de urbanidad, en definitiva, en el protocolo puede provocar graves confusiones o situaciones conflictivas de difícil resolución y que pueden determinar que un buen acuerdo acabe por frustarse. Para evitarlo uno puede comprarse un libro, tomar clases de protocolo o hacer cosas más sencillas.
En primer lugar, ser cauto con tus acciones. Ser consciente del modo en que la gente interpreta y percibe tu comportamiento. Es indispensable tener amplitud de miras y reconocer que tu punto de vista diferente, y por tanto, un enfoque diferente de hacer las cosas.
Uno de los retos más importantes es, evitar los estereotipos y promover los prototipos. Basarse en estereotipos aparte de ineficaz puede resultar ofensivo, para evitarlo es mejor elaborar prototipos acerca de la cultura con la que se va a trabajar y comprender las respuestas y enfoques comunes.
La mejor forma de adaptarse a una nueva cultura es ser curioso, de esta manera se aprende. Invitar a tus colegas a tomar algo fuera de la oficina permite investigar en un ambiente distendido como se comportan y cuales son sus pautas de conducta.
Son tres sencillas sugerencias pero que llevarlas a la práctica no es tan evidente y sobre todo, porque la inmensa mayoría de las veces nos basamos en estereotipos que condicionan nuestra propia conducta frente a los demás.
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