Si algo nos ha demostrado esta crisis es que los planes de negocio optimistas no sirven de nada
Un plan de negocio es una herramienta muy útil que se suele utilizar para realizar proyecciones de futuro sobre la marcha de nuestra empresa. Generalmente es de gran ayuda para poner en marcha una nueva empresa, ya que nos ayuda a contemplar diferentes escenarios que nos pueden afectar en el arranque del mismo. O cuando nos enfrentamos a una situación de incertidumbre en nuestra organización. Lo cierto es que si algo nos ha demostrado esta crisis es que los planes de negocio optimistas no sirven de nada.
Porque el objetivo final es poder contar con los recursos económicos que hagan el negocio viable. De poco sirve agarrarse al mejor dato posible para infravalorar nuestras necesidades, ya que esto al final genera tensiones de tesorería, falta de liquidez y en el peor de los casos hace inviable la empresa en caso de no tener la financiación necesaria.
Contemplar solo el mejor de los escenarios
Alguno de los errores más habituales tienen que ver con una estimación de los ingresos inflada, con falta de estudios de la competencia o no tener en cuenta todos los gastos o inversiones necesarias para poner en marcha el negocio. En este sentido con la crisis del coronavirus muchos han cometido otros errores a la hora de crear su plan de negocio para aguantar este tiempo:
No tener un plan de negocio e ir tapando agujeros en función de los que ocurría en cada momento. No es una falta de previsión, sino que el escenario previsto era el más favorable. Cuando se vuelva a abrir, todo vuelve a ser como antes.
Facturación normalizada en verano que era la previsión de muchos negocios. Aguantamos la primavera, pero en verano nos recuperamos y si tenemos un bache en invierno podemos seguir adelante. Y el verano para todos ha sido mucho más corto y con una facturación peor en la mayoría de los sectores que otros años.
Volver a un escenario de crecimiento económico sostenido, cuando estamos en un escenario, en el mejor de los casos, de recuperación y con bastante incertidumbre en muchos sectores.
No plantear la deuda y un plan de amortización de la misma, ya que de esta crisis saldremos más endeudados en las empresas y en el país en general.
Quizás si muchas organizaciones se hubieran puesto en el peor de los escenarios, que no es muy diferente de lo que estamos viviendo en algunos sectores, habrían optado por cerrar en el inicio de la crisis. Pensamos en volver a empezar cuando todo haya pasado, pero sin la mochila de la deuda acumulada durante este año.
Imagen | AlexanderStein