Cuando llegan las vacaciones en este país se disparan las cifras: nos visitarán x turistas, se obtendrán x beneficios y así año tras año. Con la llamativa cuestión de que en zonas como la Costa Blanca, en concreto, Alicante, baja la media en cuanto a ciudades turísticas más visitadas por falta de atractivo. Curioso.
Pero no sólo andamos escasos de actividades o de falta de promoción de lugares con encanto, también se descuida a los trabajadores que son una pieza clave en este engranaje llamado turismo. Las camareras de piso, por ejemplo, sufren una carga de trabajo excesiva, cuando su labor resulta fundamental para que el turista nacional o foráneo repita.
El temor a perder el empleo, ha hecho mella en estas trabajadoras a las cuales se les exige además de la limpieza de las habitaciones, otros trabajos que nada tiene que ver con su formación.
El hecho de que una mujer tenga que limpiar por poner un ejemplo, entre 15 y 20 habitaciones diarias, además de hacerse cargo de las áreas comunes, nos da una respuesta clara de lo que significa esta cifra: mala calidad para el visitante y unas condiciones laborales pésimas para la trabajadora.
La ansiedad y los dolores musculares están a la orden del día entre las camareras de piso. Esto nos lleva a pensar que si su salud no es la adecuada, no podrán desempeñar como quisieran su trabajo, el cual tampoco quieren perder por las circunstancias económicas que atravesamos.
Los empresarios deberían pensar en que invertir en la salud del empleado, en que pueda desarrollar su trabajo de una manera ordenada y positiva tanto para él como para el visitante, se traducirá en un beneficio a medio y largo plazo, puesto que gracias a Internet un hotel puede variar su popularidad a pesar de sus bajos precios si su limpieza no es excelente.
En resumen, no se puede exigir al trabajador, y a la vez pretender unos brillantes resultados, puesto que limpieza es una labor dura, sacrificada y si hablamos de hoteles, más. Por esta razón, el destino a corto plazo ganará pero a la larga se degradará su imagen.
Por no hablar de que un trabajador no solo descontento sino llevado al límite ni produce ni puede ser sustituido de manera tan fácil. Al fin y al cabo, el dolor y el cansancio aparecen en los seres humanos aunque se prescinda de sus servicios sustituyéndoles por otros, como ya se están dando casos.
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Imagen|Martin