Después de varios años de intensiva destrucción empleo ya no queda ninguna duda que las empresas hacen todo lo posible para mantener sus márgenes empresariales, racionalizando sus decisiones desde un planteamiento económico sin considerar el impacto social de sus acciones.
Por lo menos la frialdad de las cifras de destrucción de empleo en los últimos años y de caída de márgenes empresariales así lo evidencian. De hecho, en 2011 las caídas salariales y de desempleo aumentaron, con el objetivo de una “devaluación competitiva“, la gran paradoja es que este hecho, en lugar de producir una reducción de los precios, se ha utilizado para incrementar los márgenes empresariales, según manifiesta el Banco de España.
Con el objetivo de flexibilizar nuestra economía y uno de los mercados que presentaba mayor rigidez, el laboral, se ha efectuado la Reforma Laboral. Una de las consecuencias de esta reforma es que ha aumentado un 72% el número de expedientes de regulación de empleo (ERE) entre febrero y mayo de 2012, respecto al mismo período del año pasado, según datos del Boletín de Estadísticas Laborales del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
Mi planteamiento personal es que un empleado que permanezca más de cinco años en una empresa no es beneficioso ni para la empresa ni para el trabajador, y como he defendido anteriormente promueve el “acomantamiento“, por eso, es conveniente estimular la movilidad de los trabajadores.
Sin embargo, no es menos cierto que las empresas dedican una importante cantidad de recursos para adecuar el talento a sus requerimientos específicos generando un expertise que cuesta tiempo y dinero. Si en un escenario como el actual la empresa sólo contempla la cuenta de resultados seguramente lo que esté consiguiendo es descapitalizar su empresa.
Con todo lo dicho, se que puede parecer que mi planteamiento es ambiguo, sin embargo, no lo es en absoluto. La movilidad de recursos humanos en condiciones normales del mercado genera profesionales más polivalente y con mayor amplitud de miras pero, por otro lado, en situaciones difíciles intentar retener ese talento es más productivo dentro que fuera de la organización.
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