Con la crisis son muchos los profesionales los que se están reinventando, hasta el punto de que fruto de su trabajo y de su tesón, logran innovar en nuevas técnicas y herramientas ajenas en muchos casos a lo que fue su ocupación profesional.
Este es el caso de Juan Manuel Rodrigo, un oficial de mecánica vallisoletano, que acaba de inventar una sillita para niños que viajen en el automóvil sin la necesidad de incorporar elementos externos en el vehículo, lo que redundará en comodidad, simplicidad y también, en ahorro. Logrando innovar en un campo de gran interés, como es la seguridad en el transporte, y con múltiples posibilidades de desarrollo.
Con ejemplos como el de este señor apreciamos una vez más que el emprendimiento y la innovación muchas veces se basan en las cuestiones más cercanas que podamos imaginar, descartando una vez más que este tipo de hazañas tengan que discurrir por cauces necesariamente más sesudos y/o artificiales.
Una vez más se ha demostrado el gran valor de actitudes como la capacidad de reciclaje o adaptación a entornos cambiantes, y poniendo en valor que nuestras capacidades no tienen por qué estar parceladas en un determinado campo de trabajo concreto, sino que también pueden emerger como una capacidad para descubrir nuevos retos con un mayor recorrido.
En Pymes y Autónomos | Hacer lo mismo fuera de nuestras fronteras no garantiza el éxito en la exportación
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