A medida que el ejercicio va tocando a su final es un buen momento para hacer evaluación de las metas alcanzadas y las que han quedado sin cumplir, y de este modo, intentar, en lo posible, tomar las medidas correctoras necesarias para el nuevo ejercicio.
En los "appraisal" que pueden ser 360 o porqué no, a modo personal, siempre sale el tema recurrente de ser más productivo. Todos podemos ser más productivos, y a tenor de los hechos, hasta Messi puede serlo, por lo que al resto de los mortales siempre nos queda margen de recorrido.
De este modo, para el nuevo ejercicio, y con propósito de enmienda, es muy positivo empezar por quitar las reuniones a última hora. Lo que pasa con este hecho, se puede calificar cuanto menos, curioso, en la memoria de responsabilidad social corporativa teleoperadora extranjera, venía este punto como un factor de evaluación. A pesar de ellos, más de los dos tercios de los responsables afirmaban convocar reuniones después de la jornada laboral.
Vinculado con esta cuestión está el factor de las jornadas de trabajo de más de ocho de horas, las cosas como son, este hecho no revela celo profesional, sino deficiente gestión del tiempo y mala organización.
Por último, y no por ello menos importante, otro tema que es de gran revelancia, la obsolescencia de los equipos. Tal es el caso de impresoras-fax que se atascan, equipos con procesadores de bajo rendimiento y eso por no hablar de las caídas en las conexiones en los momentos más inoportunos, como por ejemplo, en el cierre de año.
En definitiva, una revisión profunda de los procesos y procedimientos que se aplican en la organización, de tal modo, que se elimine lo superfluo y de lo que resulte esencial, mejorar aquello que sea posible.
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