En la actualidad el acceso a la información ha permitido que los consumidores sean más autónomos y exigentes haciendo más difícil predecir el comportamiento del consumidor.
Cualquier empresa lo que desea es poder predecir el futuro de sus clientes actuales y futuros. Sin embargo, el sesgo tecnológico influye directamente en los saltos generacionales y los diferentes comportamientos del consumidor en función de su edad y habilidad tecnológica.
Una de las restricciones que la gente tiene en la actualidad son las limitaciones de tiempo lo que influyen en su comportamiento como consumidor, del mismo modo actúan las limitaciones económicas.
De hecho, hasta hace una década nuestro comportamiento como consumidor se basaba en el crédito, esto nos motivaba a acumular cosas a costa de endeudarnos.
Con la crisis, nuestro consumo se ha orientado conforme a nuestra renta. Se ha pasado de un modelo de crédito a otro de renta. Este hecho, ha generado nuevos modelos de negocio. Es el caso del carsharing, la gente ya no opta por comprar coche y sí alquilarlo cuando lo necesita por el período que lo necesita, horas, días, etc.
Todo esto no es posible sin algo fundamental como es Internet que nos ha permitido modificar nuestra percepción espacial. Ahora, si algo lo queremos lo buscamos en Internet y lo tenemos, con independencia de donde esté localizado.
Esta nueva forma de entender, por parte del consumidor, y de percibir cuál es a nuestra competencia, no es contemplada por todas las empresas y las limita notablemente para afrontar el futuro con garantías de éxito.
Imagen | Pixabay En Pymes y Autónomos | El dilema de los pequeños comercios